jueves, 18 de abril de 2013

¿Por qué hay orcos y anillos en este episodio?



Érase una vez... una estudiante universitaria con una compañera de departamento que encuentra cosas geniales en Internet, cosas como esta


y te lo dice justo cuando vas saliendo para clases, permitiéndote solamente un par de minutos para gritar de la emoción, que no es ni por lejos suficiente para transmitir la emoción que me produce esto.

Y ahora, porque soy malvada, no los dejaré asimilarlo y saltaré directamente a la recapitulación.

El Bosque Encantado

El tercer episodio abre con vistas panorámicas sobre el bosque, para enfocarse luego en un carruaje custodiado con pinta de importante. Dentro del carruaje, se encuentra Encantador con una mujer rubia aleatoria que definitivamente no es Blancanieves, escuchándola quejarse del paisaje, del camino y de la vida en general.

Encantador ve la oportunidad de zafarse de ella cuando descubren un árbol que ha sido cortado, bloqueando el camino. En los dos minutos que a Encantador le lleva darse cuenta que hay algo sospechoso en todo el asunto, un ladrón encapuchado salta sobre el carruaje, se roba la bolsita de cuero que Encantador dejó sobre el asiento y sale de ahí más rápido que el viento.

Encantador corre tras el ladrón, y lo atrapa... o mejor dicho, la atrapa: resulta ser Blancanieves, que se libera de él con un golpe bien plantado y reanuda su huida. Encantador se queda en medio del camino agitando el puño con frustración y jurando que la encontrará.

 
Por favor, ignoren la barrita del reproductor y concéntrense en el rostro de Encantador...

Después de eso, vemos a Nieves en su acogedora cuevita, juntando sus tesoros y obviamente preparándose para otra incursión en su cobro de peaje no completamente legal. No logra dar dos pasos en el bosque cuando cae en una red que la eleva en el aire, y Encantador sale de atrás de un árbol riéndose muy satisfecho de sí mismo.

Encantador quiere que le devuelva las joyas que le robó, particularmente un anillo con el que le iba a proponer matrimonio a la rubia del carruaje. Blancanieves se burla de él por tener un matrimonio arreglado, y Encantador se burla de ella porque la Reina quiere atraparla. A regañadientes, Nieves accede a llevarlo ante las personas a quienes les vendió las joyas, y Encantador la baja del árbol muy poco encantadoramente.
 
Así que se ponen en camino, paseando por el bosque tranquilamente. Encantador se mete con ella quitándole el colgante que lleva Nieves: resulta ser una especie de arma de destrucción masiva, polvo de hadas malvadas que pueden reducir hasta el más feroz enemigo, un arma que Nieves tiene reservada para "alguien especial." En realidad, el polvo vendría a ser una especie de último recurso: lo que Nieves quiere realmente es ahorrar suficiente oro para escapar, buscar un lugar aislado donde la Reina no la encuentre.

Hablando de eso y otras cosas, llegan a un río, donde Nieves convence a Encantador de detenerse a beber, y el espectador se da cuenta que se trae algo entre manos, pero Encantador, como es un idiota, la deja. Por supuesto, Nieves le patea el trasero y escapa, lo que puede no ser una buena idea, porque lo siguiente que sabe es que unos soldados de la Reina la están emboscando y piensan ejecutarla allí mismo, sin mucha más ceremonia.
 
Encantador, a pesar de que no tiene ningún motivo para hacerlo, acude en su rescate y pelea contra los cuatro guardias él sólo, demostrando al mismo tiempo que es una buena persona y que además es súper rudo. Nieves, movida por esa acción, decide ayudarlo sin más trucos, y lo lleva hasta el puente de los trolls a los cuales les vendió las joyas.

Los trolls parecen extras vestidos con los trajes de orcos que sobraron de El Señor de los Anillos, son desagradables y codiciosos, y parecen estar a punto de acceder al trato de devolver el anillo cuando olfatean a Encantador y deciden comérselo porque "la sangre real es la más dulce."

¿En serio? ¿Y por qué no se comieron a Blancanieves entonces?

Encantador pelea contra los trolls, dándole a Nieves la oportunidad de escapar, pero cuando ella se da cuenta de que no viene tras ella, decide volver y usar su polvo especial para rescatar a Encantador, devolviéndole el favor de haberle salvado la vida.

Después de la pelea con los trolls, Blancanieves y Encantador comparten el camino un trecho más. Encantador le informa que de hecho tiene un nombre, James, pero Blancanieves sigue prefiriendo llamarlo Encantador.

Tras un par de bufonadas con el famoso anillo y una larga mirada intensa, Blancanieves y Encantador se van por caminos separados, obviamente enamorados, pero sin saber si volverán a encontrarse alguna vez. Quizá en otro mundo...


Nuestro mundo.

Mary Margaret está en una cita con el doctor Whale, hablando de cómo quiere encontrar el amor verdadero y casarse y tener hijos, y es tan dulce que yo siento que engordo cinco kilos cada vez que entra en escena. Pero obviamente al doctor Whale no le gustan las cosas dulces porque está más ocupado mirándole el culo a Ruby, la camarera. Con un suspiro de resignación, Mary Margaret pide la cuenta y se va caminando a casa.

Por casualidad, pasa cerca del fitito amarillo de Emma, donde la susodicha está preparándose para dormir. Emma se encoge de hombros y le dice que no es el peor lugar donde ha tenido que pasar la noche. Mary Margaret le ofrece una habitación en su casa, pero Emma la rechaza con gesto de chica ruda acostumbrada a cuidarse ella solita.

Al día siguiente es la visita de los niños de primaria a los enfermos en el hospital, y Henry, porque es Henry, descubre a un tipo llamado "John Doe", que lleva años en coma. Mary Margaret le explica que nadie sabe quién es, y Henry le pregunta un par de veces si "por casualidad" no lo conoce.

Porque él sí: es el Príncipe Encantador, el esposo de Blancanieves (o sea Mary Margaret) y él está convencido que ella sabrá como despertarlo. Emma le dice que no está bien darle falsas esperanzas a la gente, y a continuación procede a darle falsas esperanzas diciéndole que le pedirá a Mary Margaret que le lea la historia a John Doe.

Madre del año

Mary Margaret no parece muy convencida del plan de Emma: leerle la historia a John Doe, y luego decirle a Henry que no hubo reacción alguna de su parte, aplastando para siempre su fe en los cuentos de hadas y el amor a primera vista. Podrían hacer simplemente eso, pero como Mary Margaret es tan buena, de hecho va al hospital a leerle a John Doe… y cuál no sería su sorpresa cuando el tipo realmente reacciona y le toca la mano.

En vez de salir corriendo gritando que es el comienzo de la Noche de los Muertos Vivientes, Mary Margaret llama al doctor Whale, que le asegura que debió haberse dormido e imaginado todo, porque los signos vitales de John Doe siguen sin cambios. Mary Margaret se disculpa y se va, y el doctor procede a llamar a Regina para informarle que de hecho, sí hubo un cambio en las ondas cerebrales del paciente.

Regina no parece muy feliz al respecto
 
Al día siguiente, Emma y Henry están esperando a Mary Margaret en Granny’s, porque aparentemente es el único bar/café de Storybrooke, y Emma le advierte a Henry que no se emocione. Mary Margaret llega y trastoca completamente el plan de Emma anunciando que el Sujeto Comatoso realmente reaccionó, y ella y Henry salen corriendo al hospital para volver a leerle, seguidos por Emma que tiene cara de no entender como un plan tan brillante pudo salir tan mal.

En el hospital, en vez de encontrarse con el sujeto en coma, se encuentran con Regina, Graham, el sheriff, y el doctor Whale (¿por qué sigue de guardia? ¿Es que no hay otro doctor en el pueblo?), que les informan que John Doe de hecho se despertó, se levantó y se largó de allí. Examinando las cintas, descubren que John Doe escapó por la puerta que va hacia el bosque, así que Emma, Mary Margaret y Graham van a buscarlo mientras Henry es arrastrado a su casa por Regina, donde se queda esperando pacientemente el resto de la noche por noticias.

Ja, ja, no, lo que hace es escaparse y alcanzar al grupo de búsqueda con una linternita en la mano.

Pero todos lo perdonan porque es tan tierno

Henry insiste en que John Doe en realidad busca a Mary Margaret, y de hecho, cuando finalmente lo encuentran, está en el viejo puente de los Troll (coincidencias, coincidencias…) con la cara metida en el agua. Mary Margaret le hace resucitación boca a boca, que supongo que cuenta como un beso, porque John Doe despierta y la mira con ojos de cachorrito.

Lo llevan de vuelta al hospital, donde el doctor Whale (¿es que este hombre no duerme?) anuncia que físicamente, está bien, pero que no recuerda quién es ni como acabó en el costado de la ruta donde lo encontraron inconsciente. Justo en ese momento, Regina nos bendice con su presencia, trayendo a la misma rubia aleatoria del Bosque Encantado. La rubia dice llamarse Kathryn, y ser la esposa de John Doe, que en realidad se llama David. Años atrás, durante una pelea, David se fue y ella asumió que la había dejado, por eso nunca lo reportó perdido ni desaparecido.

¿De verdad? ¿Ni siquiera te molestaste en ubicarlo para pedirle un trámite de divorcio? No le creo nada, y Henry y Emma tampoco. Emma confronta a Regina, que se excusa diciendo que “Este pueblo es más grande de lo que parece.” Con un solo doctor y una sola cafetería, eso tampoco me lo creo. Regina concluye diciendo que la peor maldición es no tener a nadie, y se va de allí arrastrando a Henry.

Mary Margaret, mientras tanto, intercambia miradas lejanas y anhelantes con David, mientras juguetea con un anillo en su mano.

Mmm, ¿no se parece al...? ¡OH, YA ENTENDÍ!

En su casa, Mary Margaret sigue con cara de Beagle pateado, cuando llaman a su puerta, y resulta ser Emma, que ha decidido aceptar su invitación a quedarse en la habitación extra.

Y es tan obvio que en realidad Emma lo hace para que Mary Margaret no esté sola y que le llegaron las palabras de Regina que a una le dan ganas de explotar. No sé, ¿existe algo así como fangirlear sobre una pareja de mejores amigas? ¿No? Okay, entonces ¡Hasta la próxima!

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