miércoles, 10 de julio de 2013

Iniciación de la duda.

La mezcla entre los sentimientos odiosos y la acción quebranta no sólo el orden del sistema si no la delgada línea del honor.

Los celos, la envidia, la poca voluntad, el fanatismo y la intolerancia no son castigados por aquel sistema, pero podemos sentirlo palpitar a nuestro rededor prácticamente todos los días de alguna u otra forma, aunque no nos incumba, o bien, podemos sentirlo en nuestro interior en al menos una ocasión a lo largo de nuestras vidas.
Santos no somos, pero la lealtad aparentemente sigue existiendo. Sin ese factor que nos hace convivir con el resto, nadie tendría amigos, nadie haría favores sin conveniencia, nadie se alegraría por la felicidad ajena, y probablemente todos acabaríamos muertos antes de nuestro programado destino.

Así se reduce una fatalidad.
El mayor atentado, la muerte de Sherlock Holmes, no sólo es obra de un brillante fanático, ni de las malas decisiones de un hermano mayor, si no del maldito detalle que no aparece en la revisión de un plan maestro, ni las explicaciones que saldrán en los periódicos. El maldito detalle está en lo aparentemente invisible, y si no viéramos aquello, no habríamos aprendido nada de la historia y el método del investigador.

The Reichenbach Fall.

Los últimos meses, la fama de Sherlock Holmes y su compañero  John Watson se ha llenado de flashes y
reconocimientos por parte de particulares y oficiales. El medio palpita sobre estas dos mentes, y piden a cambio sus rostros en periódicos y artículos asumiendo que conocen su relación.
Sherlock, a pesar de sus arranques de ansiedad, está agradecido de tener tanto trabajo. John, por su parte, se muestra preocupado del ojo público puesto sobre su dudosa inclinación sexual. Pero ambos están de acuerdo en que el sombrerito icono que le da imagen al detective en los medios, no es una buena idea para continuar con el titulo de investigador privado.

Pero estas discusiones domésticas no pasan a mayores, comparándolas con lo que sucede en Londres. Y es que Moriarty se encuentra asaltando museos, abriendo prisiones y bancos, y el caos simultáneo no se puede comprender en ningún extremo que cuide por la seguridad pública, tal como un inocente cómic de Superheroes.
Entre la música, el hackeo tecnológico y la megalomanía, Moriarty se autoproclama Rey, y llama a la señal para que todos le aprecien: Traigan a Sherlock.

¿Jim Moriarty parece estar bendito con una de sus pasiones? Y es que la música crea en su actuar las mejores secuencias de la serie cada vez que sus ideas funcionan. Nina Simone, esta vez, con el clásico Sinner Man, cita la tentación “Ve con el diablo” mientras la imagen que conecta con Sherlock sale en portada de todos los periódicos, y no sólo el medio periodístico, si no la fiscalía hace llamar al detective para entregar un perfil del Rey Moriarty y dar a conocer su lazo en pleno juicio.

La preocupación de John por la seguridad de Sherlock pasa a ser una especie de reprimenda a la “sabelotodo” boca de su amigo, y en más de una ocasión, con palabras y miradas, le recuerda que no se meta en problemas.

En la espera, en el baño de la corte, Kitty Riley, una periodista camuflada de fan se le presenta a Sherlock y
él no demuestra interés ni por su profesión ni por su disfraz de piropos a su intelecto. Su respuesta trae consigo lo propio de la desesperación, por tanto la verdad que él ya notó; una sensacionalista que comienza con la pregunta más farandulera de la prensa amorosa; John Watson, John Watson! Dónde te encuentras para defender o esconder lo que a tu amigo le mantiene sin cuidado.
La insistencia de la mujer sólo se gana uno de los comentarios más hirientes del protagonista y sabemos ya que probablemente las aguas no se calmarán después de eso.

En el juicio, los consejos de John nunca fueron tomados en cuenta, y luego de dar clases de leyes y prácticamente probar el grado de inteligencia, Sherlock es encerrado en la cárcel por un discurso censurado que probablemente nos habría hecho reír o darnos contra una pared. El semblante de John estaba al borde de la segunda opción, eso es seguro.

Luego de ser rescatado del calabozo, sólo John se hace presente en el juicio de absolución. Preocupado, John avisa inmediatamente a Sherlock que probablemente Jim irá tras él, pero Sherlock arma una pequeña fiesta para recibirlo con té y música, la cual da pie a una corta y obvia conversación entre dos mentes brillantes que saben de historia musical y casos arreglados.

No hubo engaño de locura en el juicio del plan maestro, sólo amenazas mortales al jurado y tal como Sherlock sospechaba, el genio de Moriarty llegó donde quería estar, promocionándose, con la ayuda del detective, como una mente brillante, ahora buscada por todos los poderosos mundiales para ayudarles en sus tareas.

Jim parece sumergido en sus propias ideas, admiración o competencia, ideas que en un comienzo Sherlock no comprende y sólo se queda con una manzana con la cita “Te debo.”

De todas formas, una conversación poética entre dos seres humanos de la misma especie en diferentes extremos.

Dos meses después, John es contactado por Mycroft Holmes, quien de paso le muestra las andanzas de la periodista Riley, publicando en The Sun el escándalo de la semana, presentando a Sherlock como una farsa, bajo los dichos de un tal Richard Brook, supuesto íntimo amigo del detective.


Mycroft también le presenta unos archivos de asesinos internacionales, los cuales “casualmente” se encuentran todos viviendo o rondando en el perímetro que rodea el apartamento de Baker Street.
Holmes mayor quiere una cosa, que Watson cuide a su hermano, pues ellos dos, como sabemos, tienen una inusual relación familiar.

De vuelta en casa, John se encuentra con un sospechoso sobre en la entrada, el hombre que remodela el hogar de la señora Hudson, y Lestrade y Donovan informando a Sherlock de un nuevo trabajo.

Guardería para niños ricos, el lugar ha sido invadido para extraer cuidadosamente a los hijos de un poderoso embajador, y como un cuento de niños, el lugar, con sospechas aparentemente invisibles, Sherlock encuentra una serie de pistas que le recuerdan a Moriarty.

Para esto, Molly y el laboratorio forman parte de la investigación.

Molly, que ahora no muestra el mismo interés de antes por Sherlock, sí le indica con una comparación familiar, que su fachada le parece triste, especialmente cada vez que John no está pendiente de él. A sí mismo, se adelanta en suponer su lugar en la situación tajantemente, ofreciendo su amistad incondicional, pero dejando su propio perfil en manos de su baja autoestima.
Sherlock curiosamente parece sorprendido y afectado con su actitud.

Con el sobre que John recibió en pleno día, finalmente, luego de algunas pruebas, Sherlock comprende que
el cuento elegido es el de Hansel y Gretel, y con los mensajes que obtiene la policía, buscan el rastro de una antigua dulcería, que cobijaría a los niños secuestrados.

Donovan y Anderson ante tal deducción, parecen más molestos que de costumbre cuando Sherlock presume que su red de vagabundos es más eficiente que el sistema policial.
Lestrade, así, da la orden de búsqueda, sin dudarlo.

Los niños son encontrados en una abandonada dulcería, donde pasaron encerrados sin mas que chocolates para alimentarse, los cuales al ser envueltos en papel con mercurio, les podría haber provocado intoxicación, y más tarde la muerte.

Pero la duda no tarda en aparecer, y luego de que la pequeña viera el rostro de Sherlock, y entrara en shock, Donovan y Anderson no dejan de pensar en la extraña reacción. La cual les lleva a conectar a Sherlock con el caso, pues tanta inteligencia y rapidez no pueden ser parte de una sola mente.

Lestrade, aun así, con un cariño fraternal, trata de animar a Sherlock luego del encuentro con la niña. Pero Sherlock va comprendiendo que Moriarty le sigue a donde él va, y decide retirarse sin más que decir, separándose incluso de John de camino a casa.

En el taxi, sus pensamientos son interrumpidos por un mensaje directo en la televisión del carro. El propio
Moriarty le entrega la corona al Rey Lestrade, y nos relata la metáfora de la duda.
Las palabras de los caballeros que desconfían del valiente hombre y sus aventuras con dragones, mientras siembran la incertidumbre en el Rey, que ya no sabe qué pensar respecto a su querido amigo.

Fiel al cuento, mientras Sherlock reacciona y encuentra al mismísimo Moriarty, ahora de chofer en el taxi, Lestrade debe escuchar a sus subordinados.
Pero no hay descanso para el confundido Sherlock. Y luego de ser salvado de salir atropellado, su salvador, totalmente extraño, cae muerto por un par de disparos, y esto suma más tensión a su persona y a la policía.

Considerando la confesión de Watson sobre Mycroft y los asesinos que viven cerca del 221B, Sherlock comprende que Moriarty sabe exactamente todo lo que hace y así encuentra una cámara que les espía a toda hora en el apartamento.

También se adelanta a deducir a Lestrade y la desconfianza de Donovan, que le presentan como el malo de la película, y la iniciación de la idea que se formula dudas ya no puede desaparecer. Moriarty es, de hecho, brillante.

Lestrade, aun así, se muestra compungido. Sabe que su ética debe tomar acción, pero también sabe que su amistad es honesta y no puede creer que Sherlock Holmes haya caído en el espacio que podría ocupar fríamente alguno de los criminales que atrapa a diario.

Sherlock se sale de sus casillas cuando John le insiste qué podría decir la gente! Ciertamente a Sherlock no le importaba lo que la gente diría, y menos ahora que su atención sólo radica en Watson cayendo en el embrollo que Moriarty ha ido armando. 
Watson es fiel, pero Holmes teme que esa fidelidad tenga un fin con la misma iniciación de duda que Lestrade acababa de sufrir.

En las oficinas de la policía, y gracias a Anderson, el jefe de se entera que Lestrade ha dado información de muchos casos para que Holmes los resuelva. Lestrade es reprendido y enviado a arrestar a Sherlock, con la insistencia de Anderson sobre la posible falsedad de cada caso que el detective ha resuelto.
Hasta los últimos momentos, la lealtad de Lestrade se muestra con una llamada a Watson para dar aviso que irá a arrestar a su amigo.

La señora Hudson recuerda entregar el ultimo misterioso sobre, que contiene una galleta, justo antes de que la policía llegue a arrestar a su inquilino, y este toma sus características ropas, abrigándose con calma, con mirada de despedida al apartamento, para prepararse a su arresto.

John Watson no deja de mostrar enfado ante las acusaciones, mientras sin delicadeza se llevan a su amigo, y Donovan se encarga de recordarle con arrogancia lo que le advirtió en el primer capítulo de esta historia.
Sin más paciencia, luego de que el jefe de la policía se hace presente en el lugar del arresto, después de tratar a Holmes como un ser extraño, Watson arremete con un golpe que se gana también un arresto.

Contento de que su amigo se una a sus planes, Holmes logra escapar gracias a la torpeza de los policías. Espera que a John le esposen a él, y robando un arma, escapa culpándose de fuga.

De la mano, Holmes y Watson recorren el centro de Londres con la policía a sus espaldas, un hombre les salva la vida, otra vez, y la misma consecuencia anterior termina con su vida.

Todas las conexiones llegan a Sherlock y se ve cada vez más sin salida. Es ahí que John recuerda el artículo del tal Richard Brook, por Kitty Riley, y con la tarjeta de recomendación, deciden ir tras aquella pista.

Pero ella ya no está de su lado, y se lo hace saber de inmediato. Aun así, Sherlock insiste en conocer la
identidad de Brook, y justamente en ese momento, él se hace presente con una familiaridad natural.
 
Sherlock y John quedan mudos cuando el rostro de Moriarty cae preso del miedo al ver a los invitados en casa de Riley, y en primera impresión nadie comprende nada.


No hay Moriarty, confiesa Riley, Richard Brook es sólo un actor que Holmes contrató para engañar al Reino Unido y consagrar fama con habilidades que no existen.
La historia logra plantar dudas en Watson, quien no entiende nada, pero Holmes se queda en silencio, maravillándose de la creación digna de un genial villano.
Prueba tras prueba indican que Brook es un actor que gana su vida contando cuentos de niños en la TV y DVDs, y cada segundo que pasa hace que Sherlock comience a reaccionar, explota su rabia, y Brook, o Moriarty, logra escapar rápidamente.

Tratando de descifrar el final de la historia, Sherlock decide separarse de John, y corre a pedir ayuda a
quien se ha descartado por sí misma. Molly Hooper, en el laboratorio, recibe a su amigo sin dudarlo.

John tampoco se queda quieto. Comprende que Mycroft debe conocer a Moriarty, y que su favor nació de un error, al dejar libre al villano luego
de interrogarle por semanas para que soltara un poco de información sobre el código maestro que abre cualquier puerta y resuelve con un click, años de inteligencia privada… A cambio de toda la información que pudiera darle sobre su hermano menor. A cambio de nada. A cambio de todo.
John, ofendido, se retira sin hacer el favor de cerrar la puerta.

En los laboratorios, Sherlock juega con una pelota de goma. Apenas John se hace presente, Sherlock comenta su interés por el gran código para tratar de destruir la falsa identidad de Richard Brook.
En sus recuerdos, un movimiento sutil de Moriarty en su visita al apartamento hace que Sherlock crea tener la respuesta y sin anunciar sus planes, invita a su enemigo al techo del hospital para un encuentro secreto.

John recibe la llamada de paramédicos avisando que la señora Hudson no se encuentra bien, y antes de retirarse se crea una rápida discusión con su amigo, a quien no parece importarle lo sucedido.

Stayin’ Alive, de los Bee Gees es disfrutada y a la vez criticada por Jim Moriarty, quien espera paciente en el techo del hospital.
Su distracción, o lo que alegra su vida no es sólo la música. Lo era Sherlock Holmes, pero demuestra decepción cuando considera que en el gran juego le venció. Aún así, le permite al detective fascinarlo con la deducción: Richard Brook, la identidad ocupada por Moriarty, del alemán Reichenbach, el caso que catapultó a Sherlock a la fama, y lo que acompaña a las cataratas en la vida real, lo que da nombre al capítulo, o lo más importante, el nombre del libro en el que todo está inspirado.

Y el código? No. Otra decepción para Moriarty. El código no existe, y el movimiento de dedos sólo se trataba del detalle, de la pasión… Bach, y su “Partita N° 1.” Moriarty pensó encontrar a alguien similar a él aquel día en la reunión de música y te y manzanas. Pero se siente superado por un confuso Sherlock que se pregunta cómo abrió las puertas de los lugares con más poder y terror de la ciudad, y se ve sorprendido de saber que el dinero puede comprar a cualquier empleado que le haga favores mortales a un individuo.

¿Algo mas quedó en la mente de Sherlock desde aquella tarde? Moriarty le recuerda, y el techo del hospital viene en respuesta a su plan.
La gran caída no es coincidencia.

En el otro extremo, John se percata de que algo va a suceder, cuando ve sana y salva a la señora Hudson, inspeccionando los trabajos del albañil en su hogar.

El techo es testigo de otra conversación poética.
Los amigos de Sherlock perderán su vida si él no finaliza la suya. John, la señora Hudson, y Lestrade.
Entre amenazas, favores y sarcasmo, Holmes y Moriarty se observan desde la misma posición.
Sherlock tiene a su enemigo en sus manos, o se reduce ante él, comparándose, sacrificándose por sus seres queridos, y así, James Moriarty logra verse en el espejo, logra probablemente que el ser que más admira, emocione sus sentidos con su entrega y astucia.

En silencio, estrechan sus manos, y el bello momento cae en pedazos con el rápido suicidio del Rey
Moriarty, volviendo a dejar a Holmes con su plan de salvar a sus amigos destrozado.

Pero eso ya no importa. Ya es tarde.
Retrocediendo a la decisión final… Sherlock, quien ahora ve llegar a su amigo John, se despide mientras se observan a la distancia.

Su nota de suicidio se transforma en la confesión que Moriarty habría querido escuchar. “Sherlock Holmes es una farsa,” y no existe el ser extraordinario poseedor de una fuerte deducción e inteligencia. Todo fue un truco.

¿Todo? Menos las lágrimas que corren por las mejillas del detective. Lágrimas que aunque John no ve, las siente, y por eso, aquel truco no puede ser cierto.
John sabe que Sherlock lo prepara para su despedida, pero no puede aceptarlo, y ni todo el sentimiento derrochado en menos de un minuto alcanza para plasmar incredulidad.

De un momento a otro ya está hecho. Y no hay nada poético en el sonido de un cráneo azotando el pavimento. Ni en el silencio de unos segundos que se sienten como horas, donde casi puedes escuchar a John pensar que lo que está viendo realmente no está sucediendo.
Tampoco hay nada profundo en ser arrollado mientras tu destino es llegar a ayudar a tu amigo. Ni hay un
fácil esfuerzo en el levantarse.

Sólo hay sangre. Las rodillas débiles mientras trata de no desmayarse. Y los ojos muertos de un cuerpo que alguna vez le hizo sonreír.

La lluvia cae en lugar de las lágrimas de John Watson, y el truco finalizó con honor. Al menos de manera silenciosa. Sherlock es una farsa, y sus amigos están a salvo.

Luego de un año y medio en la compañía de su fiel amigo, John en terapia, trata de desahogarse. Pero sus sentidos se lo impiden.

Sin embargo, sus sentimientos son derramados en la tumba de su amigo.
Sin poder creerlo, aun con su lealtad vigente, agradece la compañía. El haber alejado su eterna soledad. El haber encontrado a una persona honesta quien quisiera compartir su tiempo.

Y cuando se quiere tanto, como John a Sherlock, los últimos momentos no llegan, y si se cree en el brillo de una mente, cualquier realidad que se esté viviendo, logra prender la esperanza de que todo lo vivido o incluso la muerte, sean el gran truco. Y eso espera John.

Y John está en lo correcto. Y a la distancia, el genio Sherlock Holmes le observa.

¿Cómo? No tengo idea.
Ha pasado, ciertamente un año y medio, tal y como John con su terapia que ya no necesitaba, pues encontró
a un amigo sin igual, donde esperamos, y seguiremos esperando. Pero la visión es distinta al impacto que nos entregó este final de temporada en aquel entonces. Hoy, me pregunto el porqué principal con menos pasión. Pues no importa cómo Sherlock sobrevive aquí o en otras versiones. Tampoco importa que se haya visto enfrentado con el mejor villano que he visto estos últimos tiempos. Ni el error de un hermano con el que se tiene permanentes peleas familiares.
Son los sentimientos odiosos, que tarde o temprano nos juegan en contra, y Donovan y Anderson brillan gracias a la tragedia. Cada vez que el investigador les ganó, les llevó la contra, los dejó en silencio con sus pobres habilidades, les opacó el trabajo y hasta les ofendió, logró que el par pagara con un simple gesto; el sombrero que Sherlock odia, el día que se le rendía honores. Detalle inofensivo, que a la larga se transformaría en una desconfianza agrandada por la envidia y la sed de venganza. Eso, en perspectiva, me deja pensando. Y la contraparte… Molly Hooper, quien quedó en segundo plano, siendo prácticamente invisible incluso para Moriarty, brilló para ayudar a Holmes cuando ni él sabía que la amistad pasa por sobre las molestas actitudes a las cuales muchas veces nos acostumbramos.

Sentimientos. Parte del gran juego de la vida que hace la diferencia y nos hace escoger bandos para que empujemos al resto, o bien, les demos la mano.


miércoles, 12 de junio de 2013

Por el lado de la punta (Acumulando pólvora)

Triste historia: tenía esta entrada casi perfectamente lista, me faltaban únicamente las captions, y de pronto, ¡BAM!, baja de electricidad. Perdí todo lo que llevaba escrito. Necesité todo mi autocontrol para no tirar la computadora por la ventana. Así que ahora están atascados con esta versión de segunda mano del post todo original y divertido que iba a subir originalmente. La tecnología apesta.

Por cierto, nos faltan dos capítulos más para el final de temporada. Esto va a ser difícil.

El episodio ocho comienza con escenas contrapuestas: por un lado, Arya está practicando con Syrio, con espadas de madera y muertes falsas. Por otro lado, los soldados Lannister están masacrando a todos los sirvientes de la casa Stark, con espadas muy reales y muertes también muy reales. Sansa también está por ahí, quejándose con su septa de que Arya siempre llega tarde. Es decir, las chicas Stark todavía no saben nada de lo que le ha pasado a su padre, y de hecho están siguiendo su rutina diaria sin más problemas... hasta que la septa ve a los soldados con las espadas manchadas de sangre, y luego esos mismos soldados irrumpen en la lección de Arya y Syrio.


Syrio, porque él es así de rudo, se da cuenta en seguida que algo anda mal, y consigue detener a los soldados con su espada de madera, dándole a Arya tiempo suficiente para correr por su vida, y luego muere fuera de cámara, igual que la septa de Sansa.

Arya corre hacia los establos, donde su supone que la caravana Stark está lista para partir, pero en cambio encuentra a todos los sirvientes muertos. Busca a Aguja, su espada, pero entonces un chico de los establos la encuentra y le dice que la Reina quiere verla. Arya lo mata, y huye. Es un momento clave en el desarrollo de su personaje: hasta ahora solamente había sido una niña asustada jugando a las espadas. Ahora realmente está implicada en el derramamiento de sangre.

Entretanto, Ned se está pudriendo en un calabozo. Varys le lleva agua y le da las malas noticias: Sansa ha sido capturada por la Reina, y no parecen ser capaces de encontrar a Arya. Culpa a Ned por todo ese lío: nunca debió advertir a Cersei lo que sabía. La compasión de Ned es lo que mató a Robert, argumenta, y su honor va a matarlo a él.

En el Muro, los Guardas han encontrado un par de cadáveres que formaban parte del grupo de Benjen. Sam señala que lucen como si llevaran varios días muertos, pero no tienen ningún olor. El Lord Comandante ordena que se los examine, y luego llama a Jon a sus habitaciones: le da las noticias de la traición de su padre, y le advierte que no haga ninguna estupidez.

Y uno sabe inmediatamente que Jon la va a joder de algún modo.

Sansa es llevada ante el Consejo de la Reina, donde le aseguran que no tienen nada contra ella, y que lo mejor que puede hacer por su padre ahora es escribirle a Rob que le jure lealtad a Joffrey.

Quiero tomar este momento para señalar la maestría de todos los actores de la serie: esta escena se ve actuada. Están actuando como si estuvieran actuando, para transmitir la artificialidad del momento. Los personajes están presionando a Sansa, pero sabiendo de antemano que ella va a doblegarse ante sus demandas, que no puede realmente oponerse a ellos. Es falsa la amabilidad con la que piden que escriba a Rob, porque si ella se niega, bien pueden obligarla a hacer. Hay una amenaza subyacente. Esta escena es maravillosa en capacidad actoral.

Cuando Rob recibe la carta, no está nada complacido. Decide que irá al Sur, pero no irá solo: le ordena al Maestre Luwin que envíe los cuervos a todos los vasallos de los Stark.


Catelyn, en el Valle, tiene una pelea con su hermana: quiere que Lysa envía a sus hombres a unir fuerzas con los de Rob, pero Lysa no quiere ni oír hablar al respecto. Le recuerda a Catelyn todo lo que han hecho los Lannister, y dice que "no se detendrán ante nada." Catelyn replica que, precisamente, es por eso que ellos deben detenerlos. Catelyn también cree en el honor. Lysa no cree en nada más que en proteger a su hijo.

Un poco más abajo, Tyrion y Brom están atravesando campantemente las colinas, a pesar de la amenaza de las Tribus. Tyrion le hace una promesa a Brom: mientras se quede con él, tendrá todo lo que pueda querer, y cualquier precio que alguien más le ofrezca, Tyrion puede doblarlo. Esa es toda la relación que van a tener. Por el momento.

Por supuesto, dos segundos después son atacados por las Tribus de la Colina, y Tyrion demuestra por qué es tan épico: son demasiados para vencerlos con espadas, así que los vence con su ingenio. Los convence de que lo asistan, y a cambio, él les entregará el Valle. Y como dicen por ahí, un Lannister siempre paga sus deudas.

De vuelta en el Muro, Jon tiene una pelea contra Sir Alistair, y como consecencia, es enviado a sus habitaciones, castigado. Mientras yace en la oscuridad pensando en lo injusta que es la vida, Fantasma empieza a rasguñar la puerta haciendo la misma clase de ruidos que hace mi perro cuando necesita ir al baño urgente. Pero como Fantasma es más épico que eso, guía a Jon hasta algo mucho peor: el muerto que encontraron en el bosque se ha levantando y anda por ahí buscando cerebros que comerse.

¡Por fin! ¡Zombies!

Jon pelea contra él, pero se da cuenta que no sirve de nada apuñalarlo o cortarlo con la espada, así que sigue el siguiente paso lógico: quemarlo. Eso parece funcionar.

Mientras tanto, los dothraki están masacrando y saqueando una aldea, capturando esclavos para venderlos y comprar barcos. Tal como le explica Jorah a Daenerys, esa es la manera más rápida de llegar a Poniente, pero Daenerys no quiere mancharse las manos de sangre, y defiende a una mujer a punto de ser violada.

El dothraki que estaba a punto de violarla se va a quejar a Drogo, que se pone del lado de su esposa porque... no sé, ¿porque está embarazada y hay que complacerle los caprichos? En cualquier caso, el jinete ataca a Drogo, lo cual es una muy mala idea, y logra hacerle un corte antes de que Drogo literalmente le arranque la lengua con sus propias manos.

Drogo va a morir, porque su única razón de existir era arrancarle la garganta a alguien.

La mujer que Daenerys salvó resulta ser una sacerdotisa que sabe de ungüentos y curaciones, y se ofrece a curar la herida de Drogo. Drogo se encoge de hombros, y la deja hacer.

En Invernalia, Rob está discutiendo con sus vasallos sobre quién debe ir a la vanguardia del ejército, y es bastante obvio que nadie lo respeta demasiado. Uno de los portaestandartes desenvaina la espada, e inmediatamente el lobo de Rob procede a arrancarle dos dedos de un mordisco. Y eso, por algún motivo, hace que todos respeten a Rob.

Y apuesto que esos ojos tampoco hacen daño.

Rob se despide de Bran, encomendándole Invernalia hasta su regreso. Luego, Rickon, el menor de los Stark, (que aparece tres veces cada temporada, lo juro), hacen un comentario ominoso sobre que ninguno de los que ha partido al Sur va a regresar.

Bran va a rezarle al árbol corazón, y se encuentra con Tonks, quien le dice que los antiguos dioses no tienen poder en el Sur, y además, que Rob está marchando en la dirección equivocada: hay algo mucho más peligroso más allá del Muro que las conspiraciones de los señores sureños.

Como para confirmar sus palabras, la Guardia de la Noche está quemando los cadáveres de los zombies. Sam comenta que la razón que se levantaron es porque fueron tocados por un Caminante Blanco, criaturas extrañas y misteriosas que se despiertan cada mil años... y que espera que el Muro sea lo bastante alto.

Catelyn consigue llegar al campamento de Rob, y entre los dos discuten sus opciones: si se presentan ante Jofffrey, seguramente no lo dejarán regresar. Si pierde, Tywim Lannister se encargará de que todos mueran. Rob señala que eso hace su decisión mucho más fácil.



Tyrion también llega al campamento de su Casa, y recibe un tratamiento mucho más frío: Tywin no está impresionado por los hombres de las Colinas que ha conseguido reunir, y ni siquiera parece contento de que Tyrion esté vivo. Pero antes de que comience una disputa familiar, un mensajero llega a anunciar que el ejército de Rob avanza. Tywin, que no es de desperdiciar espadas, les dice a los hombres de las Tribus que cumplirá sus promesas mientras peleen a su lado, a lo que ellos contestan que pelearán, pero solamente si Tyrion lo hace con ellos.

Rob discute estrategias con sus vasallos, pero todas ellas incluyen atravesar Los Gemelos, el dominio de Lord Fray, que vendría a ser una especie de Lysa respecto a su posición de involucrarse en las peleas. En eso están cuando un par de guardias llegan con un espía Lannister. Por supuesto, todos quieren ejecutarlos, excepto Rob: les recuerda que Ned defiende la compasión y el honor a toda costa y lo deja ir. Con una amenaza para Tywin.

En Desembarco del Rey, Joffrey está contratando personal nuevo. Tywin es nombrado Mano del Rey en lugar de Ned, y a un tal Janos Slynt (que comandó la masacre contra los Stark) lo ascienden a Lord. Luego llaman a Barristan Selmy, pero no para promoverlo, sino para jubilarlo, lo cual es una ofensa terrible: Selmy es un caballero juramentado, sus votos son vitalicios, y morir como un viejo retirado es un deshonor absoluto. Barristan abandona la Corte tras mascullar algo como: "¡SOY DEMASIADO ÉPICO PARA ESTO!"

Y lo eres, Barristan. Vaya sí lo eres.

Sansa se adelanta entonces para pedir clemencia para su padre. Argumenta que estaba confundido por los analgésicos, que alguien debió haberle mentido, y que Ned nunca habría traicionado a su amigo. Todo el Consejo la mira con desconfianza, pero Joffrey afirma que está conmovido (pista: es un sociópata con tendencias narcisistas. Nada puede conmoverlo), y le dice a Sansa que se mostrará piadoso con Ned... si es que Ned accede a reconocerlo como Rey.

Solamente para que sepan: las cosas se van a poner feas.

CONTEO DE PALABRAS: 1719.

jueves, 6 de junio de 2013

Almas desesperadas (No, La Sirenta no aparece en este espisodio)

Erase una vez... una compañera de departamento que huyó dejando a su amiga quedarse afuera de la casa cuando se le trabó la cerradura. Y además, le encargó su recapitulación de Once Upon A Time. Sarai, si estás leyendo esto, me debes chocolate. Mucho chocolate.

Bueno, la semana pasada les comentaba que Regina había tenido su momento de "Patear el Gatito" con la muerte de Graham. Pero Regina no es la única villana en ciudad. Oh, no, ni de lejos. Ya hemos visto Rumpelstinskin meterse a la mala en las vidas de Cenicienta y Pepe Grillo, pero su contraparte no-mágica, el Sr. Gold, hasta ahora había mantenido la distancia con nuestra protagonista. Todo eso está a punto de cambiar.

El Bosque Encantado.

Un humilde hilandero (que es Rumpelstinkin antes de ser todo... Rumpelstinskin), está haciendo su trabajo, cuando su hijo entra anunciándole que los soldados han llegado a llevarse a nuevos reclutas para la guerra contra los ogros. Los soldados están actuando todo prepotentes con una chica y... BENNY, ¿ERES TÚ?

¡¿Benny?! ¡¿Qué estás haciendo, Benny?!

Estoy segura que Benny tiene otro nombre aquí, pero que me aspen si lo recuerdo.

La familia de la chica intenta defenderse, pero Benny y sus amigotes están respaldados por un tipo con una capa negra al que llaman el Oscuro, así que se llevan a la chica entre risas arrogantes. Baelfire, el hijo de Rumpelstinskin, le dice que han bajado la edad de reclutamiento otra vez: ahora se están llevando a niños de trece años. Baelfire tiene, vaya casualidad, doce, y faltan tres días para su cumpleaños, así que Rumpelstinskin está naturalmente angustiado.

Esa noche, Baelfire y Rumpelstinskin deciden huir. En el camino, se detienen para darle una limosna a un mendigo, lo cual resulta ser una mala idea, porque le da tiempo a Benny y su pandilla de alcanzarlos. Rumpelstinskin se comporta todo servicial y humilde, pero Baelfire anuncia sin miedo alguno quiénes son, y además deja caer que faltan dos días para su cumpleaños.


Benny se burla de ellos: durante su servicio en la milicia, Rumpelstinskin se hirió en el pie a sí mismo (de ahí su cojera) para evitar entrar en batalla. Todos en el pueblo conocen esa historia, y lo desprecian por ser un cobarde. Además, huir del servicio es ilegal, así que Benny amenaza con llevarse a Baelfire en ese mismo momento. Rumpelstinskin le ruega que no lo haga, y Benny lo humilla todavía más obligándolo a besarle la bota, y pateándolo cuando lo hace.

El mendigo, que ha presenciado toda la escena, ayuda a Rumpelstinskin a ponerse de pie, y le dice que puede que conozca una manera de salvar a Baelfire. De vuelta en la cabaña, el mendigo le cuenta que el Oscuro trabaja para el Duque solamente porque este tiene una daga con su nombre escrito en ella, y que esa es la manera en que lo controla. Si Rumpelstinskin logra hacerse con la daga y matar al Oscuro con ella, sería capaz de tomar ese poder para sí, y ese poder le proporcionaría la manera de proteger a su hijo.

Sin pensárselo dos veces (porque el mendigo misterioso que parece saber demasiado es un personaje perfectamente confiable, ¿a que sí?), Rumpelstinskin arma un plan que implica antorchas y las vigas de mandera del castillo para robar la daga. Baelfire parece más convencido de que la mejor manera de salir del entuerto es simplemente servir en la milicia, pero Rumpelstinskin se niega a escuchar nada al respecto. Le dice a Baelfire que las batallas no son gloriosas, sino carnicerías sangrientas, y que puede que él haya huido, pero que lo hizo por él y su madre (en teoría, muerta. Tomen nota).

Baelfire decide ayudar a su padre, y juntos le prenden fuego al castillo del Duque. Rumpelstinkin consigue la daga, y envía a Bae de vuelta al pueblo antes de invocar al Oscuro, cuyo nombre real es Zoso. Zoso se aparece y se burla de él, cuestionando que Baelfire sea realmente su hijo, ya que es mucho más valiente que Rumpelstinskin. En lo que parece ser su primer acto de valor, Rumpelstinskin apuñala a Zoso, y... ¡oh, por Dios! ¡Resulta que Zoso es el mendigo!

Levanten la mano todos los que lo vieron venir.
Zoso muere, y todo el poder de "el Oscuro" es traspasado a Rumpelstinskin, y ese es el nombre que aparece ahora en la daga. Me encanta eso. Me encanta que hayan respetado que el poder de los nombres es un tema importantísimo en la historia original de Rumpelstinskin. Bien jugado, escritores. Bien jugado.

Mientras yo me maravillo, Benny y sus soldados se están llevando a Baelfire, pero rumpelstinskin aparece, cambiado y poderoso. Benny lo reconoce como el Oscuro, y se inclina ante él, circunstancia que Rumpelstinkin aprovecha para matarlo. Benny luego va al Purgatorio donde conoce a un cazador llamado Dean... no, esperen. *revuelve unos papeles* Ah, okay. Rumpelstinskin mata a todos los soldados.

Y aquí hay un hermoso momento de desarrollo de personaje: Baelfire, que hasta ahora había demostrado ser tan valiente, le dice a su padre que tiene miedo, mientras que este afirma: "Ya no le temo a nada" antes de soltar una risita histérica que le pondría los pelos de punta a cualquiera.

Y tampoco es como si esa cualidad de asustar a la gente se le vaya a pasar cuando se quede sin magia...

Nuestro mundo.

Emma va a ver al Sr. Gold, que está trabajando con un aceite de oveja con un olor particularmente horroroso, pero el dueño de la tienda de empeños no la llamó para hacerla sentir náuseas, sino para preguntarle si no quiere alguna de las cosas que dejó Graham. Después de todo, han pasado dos semanas desde su muerte, y eso significa que Emma es ahora la comisario oficial de Storybrooke. Emma supone que tiene razón, pero no está muy segura de llevarse las cosas de Graham. Gold insiste en que se lleva al menos los walkie-talkies, aunque no sea más que para jugar con Henry. Agrega, con un suspiro, que los niños tienen la costumbre de crecer demasiado rápido.

¿Han notado ya que Gold no tiene hijos aunque su contraparte mágica, Rumpelstinkin, sí tuviera uno? ¿Lo ven? De acuerdo. Sigamos.

Emma se lleva el walkie-talkie para Henry, que está sentado en el puente todo deprimido y seguro de que Graham murió por su culpa, por haberle dicho acerca de la maldición. Le dice a Emma que ahora está seguro de que están jodidos, porque ellos son los buenos, y los buenos siempre tienen que jugar limpio, mientras que los malos hacen trampas para ganar.



Emma, bastante desanimada, regresa a la comasaría, donde juguetea con la placa de Graham, pero antes de que tenga oportunidad de ponérsela, Regina entra y le anuncia que está despedida: el nuevo comisario será Sidney Glass, quein, como ya sabemos, es una marioneta suya. Emma lidia con el problema de la mejor manera: con alcohol, música alta y la destrucción de un tostador. Y Mary Margaret no se enoja con ella a pesar de que era SU tostador. Porque Mary Margaret es una buena compañera de departamento ¿Estás leyendo esto, Sari? ¿LO ESTÁS?

En cualquier caso, Gold llega con el reglamento de la ciudad y le dice a Emma que tienen un enemigo en común. Técnicamente, Regina no tiene derecho a elegir un comisario, sino solamente a proponer un candidato para el puesto, que debe ser elegido por votación. Con esa información, Emma interrumpe el anuncio de prensa de Regina, diciéndole que está dispuesta a oponérsele.

Así que Regina actúa como una adulta racional y... oh, no, empieza una campaña sucia contra Emma, publicando en el diario local que Emma tuvo a Henry estando en la cárcel. Henry no parece muy preocupado al respecto, pero está bastante convencido de que Emma va a perder por el sólo hecho de que Regina tiene permitido hacer trampas y ella no porque es "la buena."

Emma va a la oficina de Regina a confrontarla sobre el daño que le está haciendo a Henry, pero Regina solamente hace una salida divesca sin escucharla... o lo haría sino fuera porque la puerta está en llamas.

¿No detestan cuando eso pasa?

Regina se hiere el tobillo, y Emma sale del lugar. Por un momento, parece que la va a dejar morir, porque eso es lo que todos tenemos ganas de hacer, en serio. Pero, como Henry no se cansa de repetir, Emma es la buena, así que regresa con un extintor y salva a Regina. Lejos de estar agradecida, Regina se queja porque eso hace que Emma se vea mejor que Sidney, lo cual es... ridículo, pero supongo que no puedo esperar que Regina sea racional.

Los habitantes de Storybrooke se emocionan porque Emma es tan buena persona (estoy segura que más de uno habría dejado arder a Regina sin perder sueño de noche), y empiezan a ayudarla en su campaña, y justo cuando Emma le está por dar una lección a Henry sobre que no es necesario jugar sucio para ganar, ve una antorcha que expide el mismo olor nauseabundo que el aceite raro de Gold.

Cuando lo confronta, Gold admite pero no admite haber iniciado el incendio, porque Emma necesitaba algo que la hiciera ver como una heroína, y que si lo delata, perderá algo más que la elección: la admiración de Henry.

Durante el debate previo a las elecciones, sin embargo, a Emma le carcome la conciencia, y confiesa que todo fue planeado por Gold, y que ella está lejos de ser una heroína. La recibe un silencio atónito, y la sonrisa de Regina.

Cada vez que Regina sonríe, Dios mata un gatito.
Emma se va a beber sus penas a Granny’s, segura de que no vale la pena quedarse para la elección, pero entonces Henry aparece con los walkie-talkies, y le dice que lo que hizo fue realmente heroico: seguir jugando limpio, aunque eso signifique vaya a perder. Pero de vez en cuando, los héroes sí que ganan: Regina aparece para decirle que Emma ganó limpiamente, y es oficialmente la nueva comisario de Storybrooke. Sin embargo, todavía luce como si alguien le hubiera regalado un muffin: le advierte a Emma que, como enemiga, ella es un cachorrito de ojos grandes al lado de Gold.

Al día siguiente, Emma se encuentra contemplando sus nuevos dominios, cuando Gold sale de ningún lugar como es su costumbre, y le dice que él básicamente manipuló todo desde el principio, incluyendo la confesión de Emma, sabiendo que el pueblo iba a respetar a alguien lo suficientemente valiente para enfrentarse a él. Le recuerda que ella todavía le debe un favor, y se va ominosamente.

Y yo me acabo de dar cuenta que este episodio se llama “Almas Desesperadas”, y no hubo ni una sola referencia a Úrsula de La Sirenita. Qué decepción.

miércoles, 5 de junio de 2013

Ganas o Mueres (O te hartas de todo y le quemas el rancho a George Martin)

¡Buenas noticias, gente! Terminé de leer Danza de Dragones, el quinto libro de la serie... y me tardé alrededor de un mes. Eso dice mucho de la sobredosis de Canción de Hielo y Fuego que he sufrido en el último tiempo, porque a Tormenta de Espadas lo leí en menos de una seamana, y ese libro era como 800 páginas más largo. (Danza de Dragones tiene, si no recuerdo mal, 1050 páginas o así).

La historia se vuelve más frustrante a cada paso, y George Martin sabe que se vuelve frustrante, y lo hace aún más frustrante sentándose en su escritorio, bostezando y tardándose cinco años en escribir el siguiente libro. Mientras tanto, aquí estamos nosotros, viendo la serie para tratar de soportar la ansiedad y no ir a prenderle fuego a su casa.

Perdonen, estoy teniendo un mal día. Ya sabes, como cuando secuestran a tu hijo menor y tu hijo mayor se comporta como un idiota hiriendo a la esposa del señor que secuestró a tu hijo menor y tú tienes que reunir un ejército para que la gente siga respetándone, mientras te dedicas a desollar a la Casa de tu yerno.

O por lo menos su estandarte


Tywin Lannister sabe de lo que hablo. Manda a Jamie a a juntar 30.000 hombres para ir a asolar las tierras de los ríos, el territorio de la familia de Catelyn. Entonces, ya saben, no hay que joder con papá Lannister.

En Desembarco del Rey, Ned cita a Cersei en el bosque de los dioses y le dice todo lo que ha deducido: que Jon Arryn sabía que los hijos de Robert no son legítimos, y que Bran seguramente la vio con Jamie. Cersei se encoge de hombros y le dice que los Targaryen se casaron entre hermanos por varias generaciones para mantener puro el linaje, porque eso no es nada jodido. Cersei entonces le suelta a Ned una frase matadora bien al estilo Tyrion:

"Cuando juegas al juego de tronos, o ganas o mueres."

Y no suena ni la mitad de épico o amenazante de lo que debería sonar, porque Ned se limita a suspirar y a decirle que se marche con sus hijos antes de que Robert regrese de la cacería.

Hay una escena de Petyr entrenando a sus prostitutas, y estoy bastante segura que comenta algo sobre que aún está enamorado de Catelyn, pero la verdad no les podría decir, me fui a hacer un café en esa parte. Las escenas de relleno con sexo lésbico gratuito no son las más interesantes. A menos que a uno le ponga el porno de época.

En Invernalia, Tonks está encadenada y trabajando en el castillo, juntando leña para encender el fuego. Theon se pone a hostigarla, alardeando de ser del linaje de las Islas del Hierro, y a Tonks no se le mueve un pelo, porque más allá del Muro, no hay señores ni jerarquías por el estilo. El Maestre Luwin aparece para espantar a Theon, y Tonks le asegura que prefiere soportar a Theon antes de estar al otro lado del Muro cuando llegue lo que ella llama "La Larga Noche." Sospecho que debe ser algo muy malo si es peor que Theon.

"Me casé con un hombre lobo. No me asustas, niño kraken."

De vuelta en Desembarco del Rey, hay malas noticias: a Robert lo atravesó un jabalí durante la cacería, y está agonizando. Así y todo, todavía se las ingenia para ser la persona más ebria de la habitación. El Rey manda a salir a todos, excepto a Ned, y le dicta su último decreto real, nombrándolo Lord Regente del Reino hasta que Joffrey alcance la mayoría de edad.

Y aquí, gente, vemos un momento de desarrollo de personaje magnífico. Recuerden, para Ned el honor está por encima de cualquier otra circunstancia. Ni Joffrey ni Tommen son hijos legítimos de Robert, por lo tanto el trono le corresponde al hermano de Robert, Stannis. Ned, en lugar de escribir "mi hijo Joffrey," tal como le dicta Robert, escribe "mi legítimo heredero." Es una vuelta idiomática menor, pero importantísima: Ned acaba de cometer un acto poco honorable al tergiversar la palabra del Rey, con el honorable propósito de poner al legítimo heredero en el trono.

Los autógrafos de Sean Bean deben ser tan geniales...

Robert firma el decreto sin leerlo, le dice a Ned que tenía razón en el asunto de mandar a matar a Daenerys, y le pide que básicamente lo seden hasta que muera. Ned sale de la habitación, donde Barristan Selmy le comenta que el el Rey estaba ebrio durante la cacería, y que Lancel Lannister, su escudero, era el encargado de proveerle el vino. Ned toma nota, pero no dice nada, y le ordena a Varys que detenga los planes para matar a Daenerys, a lo que Varys se encoge de hombros y le dice que esos pájaros ya han volado.


Del otro lado del Mar Angosto, Daenerys está tratando de convencer a Drogo de que conquiste el Trono de Hierro para su hijo, idea con la que Drogo no parece particularmente entusiasmado, y básicamente hace lo que todo esposo hastiado hace, y la manda de compras para que lo deje en paz. Daenerys sale escoltada por Jorah y sus doncellas, y Jorah se aleja para averiguar si hay alguna carta para él.

Resulta que la hay: un mensaje de Varys diciéndole que se la ha concedido el indulto real y que ya no necesita vigilar a Daenerys. Joran entiende de inmediato que esto es porque no habrá ninguna Daenerys que vigilar, y se apresura a llegar a su lado antes de que ella tenga oportunidad de beber el vino que le ofrece un vinatero demasiado entusiasta. Efectivamente, cuando Jorah le exige al vendedor que pruebe su propio vino, el tipo sale corriendo, aunque no llega demaisado lejos.

De nuevo: desarrollo de personaje. Unos episodios atrás, todo lo que Jorah quería era marcharse a su casa y olvidarse de todo. Ahora podría haber dejado morir a Daenerys, pero en cambio elige salvarla y permanecer a su lado, porque está enamorado de ella.

A algunos hombres les gutan las estoicas, supongo

En el Muro, el Lord Comandante les da un discurso a los nuevos reclutas que se parece bastante al discurso que nos daba la directoria a principios de año. Jon y Sam hablan por lo bajo de que seguramente a Sam lo asignarán como mayordomo, y Jon lo consuela diciéndole que hay honor en ser mayordomo. Por lo menos, eso dice hasta que descubre que a él también lo han asignado como mayordomo, momento en que estos pasan a ser "criadas glorificadas." Es decir, hay honor en ser mayordomo... mientras yo no sea uno de ellos.

Sam básicamente le dice que deje de ser tan idiota: como mayordomo del Lord Comandante, Jon estará con él en todos los aspectos imporantes del mando en el Muro. Básicamente, lo está destinando a ser el próximo Lord Comandante.

Sutil, George Martin. Sutil


De vuelta en Desembarco del Rey, Renly intercepta a Ned y le dice que quiere ser Reina... digo, oponerse a la Reina, y llevarse a Joffrey lejos de su influencia. Ned le contesta que el legítimo rey es Stannis, a lo que Renly hace un berrinche porque Stannis no tiene porte de rey y el sí. Me estoy resistiendo a poner otra foca homofóbica aquí porque no quiero quemar el chiste tan rápido. En fin, después de esto, Renly se marcha sin despedirse. Como que, se marcha de la ciudad sin despedirse. Cuando lo volvamos a ver, no será agradable.

En sus aposentos, Ned le envía una carta a Stannis explicándole las circunstancias, antes de atender a Petyr. Le anuncia que los hijos de Robert son en realidad de Jamie, a lo que Petyr ni siquiera pestañea. Petyr sugiere que aparten a Cersei del Trono y que gobiernen en lugar de Joffrey, y ante las protestas de Ned, agrega que "solamente es traición si nos atrapan."

¿Soy la única que quiere borrarle esa sonrisa de un puñetazo?

En cualquier caso, Ned no lo llamó para conspirar, sino para pedirle que le de el apoyo de la Guardia Real, porque Petyr es quien les paga el suelo, por lo que seguramente le harán caso. Petyr se burla de Ned por seguir haciendo cosas deshonradas en nombre del honor, pero accede a ayudarlo.

En el Muro, Sam y Jon se aventuran en el bosque para decir sus votos en frente del Árbol Corazón, y es un momento de lo más emotivo, porque en cuanto terminan de decirlos, hay abrazos de hermanos y felicitaciones por todos lados. Fantasma, el lobo de Jon, llega moviendo la cola, muy orgulloso de lo que acaba de encontrar: una mano humana descongelada. Y... eso como que mata el espíritu festivo.

¿Saben qué más mata el espíritu? Intentar asesinar a la esposa del tipo musculoso. En serio. Drogo no se toma muy bien el chistecito del vinatero de tratar de envenenar a Daenerys, y no solamente lo condena a ser arrastrado por caballos hasta morir, sino que decide que va a atacar los Siete Reinos. Y Daenerys luce toda emocionada de que le vayan a conceder su legítimo derecho.

Sí. bueno, quizá emocionada sea una palabra muy fuerte...


El Rey Joffrey manda a llamar a Ned. Porque, ya saben, el mejor amigo de Ned acaba de morir, y a él le avisan de esa manera: el Rey Joffrey. Tacto, cero. Ned se presenta escoltado por la Guardia Real, y le pide a Selmy que lea la disposición de Robert. Cersei se le ríe en la cara, rompe el papel y le dice a los guardias que arresten a Ned por traidor. Ned a su vez les dice que arresten a la Reina y a sus hijos, y entonces...

... la Guardia Real mata a los hombres de Ned y lo toman prisionero a él. Porque Petyr lo traicionó. Porque por supuesto que Petyr lo traicionó.

Y nadie se sorprende salvo Ned.




CONTEO DE PALABRAS: 1710.