Érase una vez... una estudiante
universitaria con una compañera de departamento que encuentra cosas geniales en
Internet, cosas como esta
y te lo dice justo cuando vas saliendo para
clases, permitiéndote solamente un par de minutos para gritar de la emoción,
que no es ni por lejos suficiente para transmitir la emoción que me produce
esto.
Y ahora, porque soy malvada, no los dejaré
asimilarlo y saltaré directamente a la recapitulación.
El Bosque Encantado
El tercer episodio abre con vistas
panorámicas sobre el bosque, para enfocarse luego en un carruaje custodiado con
pinta de importante. Dentro del carruaje, se encuentra Encantador con una mujer
rubia aleatoria que definitivamente no es Blancanieves, escuchándola quejarse
del paisaje, del camino y de la vida en general.
Encantador ve la oportunidad de zafarse de
ella cuando descubren un árbol que ha sido cortado, bloqueando el camino. En
los dos minutos que a Encantador le lleva darse cuenta que hay algo sospechoso
en todo el asunto, un ladrón encapuchado salta sobre el carruaje, se roba la
bolsita de cuero que Encantador dejó sobre el asiento y sale de ahí más rápido
que el viento.
Encantador corre tras el ladrón, y lo
atrapa... o mejor dicho, la atrapa: resulta ser Blancanieves, que se libera de
él con un golpe bien plantado y reanuda su huida. Encantador se queda en medio
del camino agitando el puño con frustración y jurando que la encontrará.
Después de eso, vemos a Nieves en su
acogedora cuevita, juntando sus tesoros y obviamente preparándose para otra
incursión en su cobro de peaje no completamente legal. No logra dar dos pasos
en el bosque cuando cae en una red que la eleva en el aire, y Encantador sale
de atrás de un árbol riéndose muy satisfecho de sí mismo.
Encantador quiere que le devuelva las joyas
que le robó, particularmente un anillo con el que le iba a proponer matrimonio
a la rubia del carruaje. Blancanieves se burla de él por tener un matrimonio
arreglado, y Encantador se burla de ella porque la Reina quiere atraparla. A
regañadientes, Nieves accede a llevarlo ante las personas a quienes les vendió las
joyas, y Encantador la baja del árbol muy poco encantadoramente.
Así que se ponen en camino, paseando por el
bosque tranquilamente. Encantador se mete con ella quitándole el colgante que
lleva Nieves: resulta ser una especie de arma de destrucción masiva, polvo de
hadas malvadas que pueden reducir hasta el más feroz enemigo, un arma que
Nieves tiene reservada para "alguien especial." En realidad, el polvo
vendría a ser una especie de último recurso: lo que Nieves quiere realmente es
ahorrar suficiente oro para escapar, buscar un lugar aislado donde la Reina no
la encuentre.
Hablando de eso y otras cosas, llegan a un
río, donde Nieves convence a Encantador de detenerse a beber, y el espectador
se da cuenta que se trae algo entre manos, pero Encantador, como es un idiota,
la deja. Por supuesto, Nieves le patea el trasero y escapa, lo que puede no ser
una buena idea, porque lo siguiente que sabe es que unos soldados de la Reina
la están emboscando y piensan ejecutarla allí mismo, sin mucha más ceremonia.
Encantador, a pesar de que no tiene ningún motivo
para hacerlo, acude en su rescate y pelea contra los cuatro guardias él sólo,
demostrando al mismo tiempo que es una buena persona y que además es súper
rudo. Nieves, movida por esa acción, decide ayudarlo sin más trucos, y lo lleva
hasta el puente de los trolls a los cuales les vendió las joyas.
Los trolls parecen extras vestidos con los
trajes de orcos que sobraron de El Señor de los Anillos, son desagradables y
codiciosos, y parecen estar a punto de acceder al trato de devolver el anillo
cuando olfatean a Encantador y deciden comérselo porque "la sangre real es
la más dulce."
¿En serio? ¿Y por qué no se comieron a Blancanieves entonces? |
Encantador pelea contra los trolls, dándole
a Nieves la oportunidad de escapar, pero cuando ella se da cuenta de que no
viene tras ella, decide volver y usar su polvo especial para rescatar a
Encantador, devolviéndole el favor de haberle salvado la vida.
Después de la pelea con los trolls,
Blancanieves y Encantador comparten el camino un trecho más. Encantador le
informa que de hecho tiene un nombre, James, pero Blancanieves sigue
prefiriendo llamarlo Encantador.
Tras un par de bufonadas con el famoso anillo
y una larga mirada intensa, Blancanieves y Encantador se van por caminos
separados, obviamente enamorados, pero sin saber si volverán a encontrarse
alguna vez. Quizá en otro mundo...
Nuestro mundo.
Mary Margaret está en una cita con el
doctor Whale, hablando de cómo quiere encontrar el amor verdadero y casarse y
tener hijos, y es tan dulce que yo siento que engordo cinco kilos cada vez que
entra en escena. Pero obviamente al doctor Whale no le gustan las cosas dulces
porque está más ocupado mirándole el culo a Ruby, la camarera. Con un suspiro
de resignación, Mary Margaret pide la cuenta y se va caminando a casa.
Por casualidad, pasa cerca del fitito
amarillo de Emma, donde la susodicha está preparándose para dormir. Emma se
encoge de hombros y le dice que no es el peor lugar donde ha tenido que pasar
la noche. Mary Margaret le ofrece una habitación en su casa, pero Emma la
rechaza con gesto de chica ruda acostumbrada a cuidarse ella solita.
Al día siguiente es la visita de los niños
de primaria a los enfermos en el hospital, y Henry, porque es Henry, descubre a
un tipo llamado "John Doe", que lleva años en coma. Mary Margaret le
explica que nadie sabe quién es, y Henry le pregunta un par de veces si
"por casualidad" no lo conoce.
Porque él sí: es el Príncipe Encantador, el
esposo de Blancanieves (o sea Mary Margaret) y él está convencido que ella
sabrá como despertarlo. Emma le dice que no está bien darle falsas esperanzas a
la gente, y a continuación procede a darle falsas esperanzas diciéndole que le
pedirá a Mary Margaret que le lea la historia a John Doe.
Madre del año |
Mary Margaret no parece muy convencida del
plan de Emma: leerle la historia a John Doe, y luego decirle a Henry que no
hubo reacción alguna de su parte, aplastando para siempre su fe en los cuentos de
hadas y el amor a primera vista. Podrían hacer simplemente eso, pero como Mary
Margaret es tan buena, de hecho va al hospital a leerle a John Doe… y cuál no
sería su sorpresa cuando el tipo realmente reacciona y le toca la mano.
En vez de salir corriendo gritando que es
el comienzo de la Noche de los Muertos Vivientes, Mary Margaret llama al doctor
Whale, que le asegura que debió haberse dormido e imaginado todo, porque los
signos vitales de John Doe siguen sin cambios. Mary Margaret se disculpa y se va,
y el doctor procede a llamar a Regina para informarle que de hecho, sí hubo un
cambio en las ondas cerebrales del paciente.
Regina no parece muy feliz al respecto |
Al día siguiente, Emma y Henry están
esperando a Mary Margaret en Granny’s, porque aparentemente es el único
bar/café de Storybrooke, y Emma le advierte a Henry que no se emocione. Mary
Margaret llega y trastoca completamente el plan de Emma anunciando que el
Sujeto Comatoso realmente reaccionó, y ella y Henry salen corriendo al hospital
para volver a leerle, seguidos por Emma que tiene cara de no entender como un
plan tan brillante pudo salir tan mal.
En el hospital, en vez de encontrarse con
el sujeto en coma, se encuentran con Regina, Graham, el sheriff, y el doctor
Whale (¿por qué sigue de guardia? ¿Es que no hay otro doctor en el pueblo?),
que les informan que John Doe de hecho se despertó, se levantó y se largó de
allí. Examinando las cintas, descubren que John Doe escapó por la puerta que va
hacia el bosque, así que Emma, Mary Margaret y Graham van a buscarlo mientras
Henry es arrastrado a su casa por Regina, donde se queda esperando
pacientemente el resto de la noche por noticias.
Ja, ja, no, lo que hace es escaparse y
alcanzar al grupo de búsqueda con una linternita en la mano.
Pero todos lo perdonan porque es tan tierno |
Henry insiste en que John Doe en realidad
busca a Mary Margaret, y de hecho, cuando finalmente lo encuentran, está en el
viejo puente de los Troll (coincidencias, coincidencias…) con la cara metida en
el agua. Mary Margaret le hace resucitación boca a boca, que supongo que cuenta
como un beso, porque John Doe despierta y la mira con ojos de cachorrito.
Lo llevan de vuelta al hospital, donde el
doctor Whale (¿es que este hombre no duerme?) anuncia que físicamente, está
bien, pero que no recuerda quién es ni como acabó en el costado de la ruta
donde lo encontraron inconsciente. Justo en ese momento, Regina nos bendice con
su presencia, trayendo a la misma rubia aleatoria del Bosque Encantado. La rubia
dice llamarse Kathryn, y ser la esposa de John Doe, que en realidad se llama
David. Años atrás, durante una pelea, David se fue y ella asumió que la había
dejado, por eso nunca lo reportó perdido ni desaparecido.
¿De verdad? ¿Ni siquiera te molestaste en ubicarlo
para pedirle un trámite de divorcio? No le creo nada, y Henry y Emma tampoco.
Emma confronta a Regina, que se excusa diciendo que “Este pueblo es más grande
de lo que parece.” Con un solo doctor y una sola cafetería, eso tampoco me lo
creo. Regina concluye diciendo que la peor maldición es no tener a nadie, y se
va de allí arrastrando a Henry.
Mary Margaret, mientras tanto, intercambia
miradas lejanas y anhelantes con David, mientras juguetea con un anillo en su
mano.
Mmm, ¿no se parece al...? ¡OH, YA ENTENDÍ! |
En su casa, Mary Margaret sigue con cara de
Beagle pateado, cuando llaman a su puerta, y resulta ser Emma, que ha decidido
aceptar su invitación a quedarse en la habitación extra.
Y es tan obvio que en realidad Emma lo hace
para que Mary Margaret no esté sola y que le llegaron las palabras de Regina
que a una le dan ganas de explotar. No sé, ¿existe algo así como fangirlear
sobre una pareja de mejores amigas? ¿No? Okay, entonces ¡Hasta la próxima!
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