lunes, 15 de abril de 2013

¿Culto?


The Following: Capítulo dos
 
Tras  haberme ido a conciertos de rock una semana, nos volvemos a encontrar. Esta vez vengo a presentarles la continuación de The Following, un capítulo segundo lleno de enredos y pistas que de seguro ayudarán a futuro, pero que ahora les dejará al borde de una silla con la soga atada al cuello.
Para usted, que vio el capítulo anterior, habrá notado de qué va todo este enredo. Carroll, quien vio cómo destrozaban su primera obra literaria desde la cárcel, esta vez pretende re-escribir su historia… O más bien, la historia de Ryan Hardy con el despiadado asesino. Al final del capítulo anterior vimos cómo Claire Matthews, es posa del catedrático asesino, se ve destrozada con el secuestro de su hijo… Y bueno, para continuar con el formato, les presentaré este personaje.
 
Claire Matthews es la esposa, o ex esposa, de Joe Carroll. Catedrática en la misma universidad que su marido, Claire quedó sola con su hijo Joey cuando su esposo fue capturado, e inició una relación que no duró mucho con Ryan Hardy. Naturalmente, este personaje causa bastante intriga, debido a que gracias a ella fue que cuestionaron la objetividad de Hardy en el FBI y aquello llevó a que lo dieran de baja.
Claire a lo largo de la serie muestra distintas facetas. Es una mujer fuerte, sin embargo con el secuestro de su hijo se desestabiliza y se pierde en enredos por el contacto con su marido y con el ex agente del FBI. Su corazón es un lío y solo Dios sabe qué pasa por su cabeza cuando decide aventurarse en el juego del asesino. (Oh, recuerdan que soy la reina del spoiler?)
De vuelta a nuestro capítulo, las cosas comienzan a ponerse menos complicadas con la aclaración de ciertos personajes, los cómplices de Carroll, sus amistades, miembros del culto del cual todos los envueltos en la investigación evitan hablar.
Denise Harris, niñera de Joey, Will Willson y Billy Thomas, los vecinos gays de la última víctima de Carroll, no son quienes resultan ser: Viven con falsas identidades infiltrados en los contextos a los que Carroll los confinó para poder llevar a cabo un elaborado plan que no les voy a espoilear todavía.
 
Para hacer un resumen de estos personajes, son todos personas con problemas, que han matado o tienen ansias de matar, perdidos de una u otra forma y recogidos desde los escombros por Joe, para formar parte de esta novela que pretende escribir mientras se vive. Con el magnífico don de la seducción, el escritor manipula a estos muchachos y a muchos más, los envuelve con sus palabras, los acoge y los incorpora a una idea, a un todo que resulta ficticio, porque a pesar de que los haga sentir protagonistas, no son más que sus peones, unos simples objetos desechables para conseguir lo que necesita.
En este capítulo continúan los asesinatos bajo la mano de otro de los cómplices de Carroll. Jordy Raines, uno de los guardias de prisión que ayudó a escapar al convicto, es un asesino en entrenamiento que se dedica a matar perros para practicar, y su aporte a esta novela es quitarle la vida a tres muchachas fingiendo ser un policía. Lamentablemente su poca inteligencia lo lleva a ser capturado pronto por el FBI.
Mientras continúa la búsqueda del pequeño Joey, este segundo episodio está cargado de recuerdos que aclaran la historia en la que se basa esta serie. Abusando un poco de los flash back, se establece la relación entre los secuestradores del muchacho y se muestra como la niñera se consagra como seguidora de Carroll mediante el asesinato de su madre.
 
También se destaca la vieja historia de amor entre Ryan y Claire, mostrándolas en un recuerdo casi doloroso para el héroe arruinado. Esta escena en particular deja al descubierto un poco más de la sensibilidad de Hardy, es entonces cuando nos damos cuenta que de una u otra forma la serie nos obliga a empatizar con él, sus problemas, sus desamores, incluso con su alcoholismo. 
 
Después de algunas pistas que llevan a pensar que los seguidores del asesino no son pocos y que podrían incluso clasificarlos como un culto que tiene a Joe Carroll como su máxima, la búsqueda infructuosa por dar con el paradero de Joey, las ideas que se barajan tras descubrir las verdaderas identidades de los secuestradores, un encuentro de Jordy que amenaza con matar a Claire y finalmente la captura del mediocre aprendiz, el capítulo se corona con otro encuentro de Hardy y Carroll en prisión. Es aquí donde el asesino demuestra sus retorcidos pensamientos sobre cómo pretende utilizar a todo quien le sea posible para poder vivir su historia, para manejarla de modo tal que todo sea un fatal incierto.
El final deja abierta la interpretación de lo que se viene en un tercer capítulo, mostrando las imágenes de cómo un sujeto en la máscara de Edgar Allan Poe, enciende a un desconocido (ejem, ejem…) en la vía pública.
 
 
Este capítulo, como mencioné al comienzo, deja varios cabos sueltos. A pesar de apretar varios de los tornillos que le faltan al cerebro de esta serie, sigue con vacíos, cosas sin explicación, algunas que [spoiler alert ON] se aclaran más adelante, otras que en lo que va de la transmisión de la serie todavía no se resuelven. A pesar de todo esto, de los nudos que se arman y las relaciones casi increíbles que se establecen entre varios personajes que jamás se pensaría están involucrados, la atmósfera que crea no deja de ser lenta, pero atractiva para aquellas almas dotadas de una morbosa curiosidad.  
Como dato extra hice mi tarea de investigación, ya que desde el episodio anterior  se me cruzó el interesante soundtrack de la serie, y me encontré con una grata sorpresa. Como mencioné en el pasado review, que comienza con Sweet Dreams (Are made of this), un cover de Marilyn Manson, en este capítulo podemos apreciar destacando el momento en el que Denise (Emma, su verdadera identidad) asesina a su madre con una pieza musical de Deftones llamada Change (In the house of flies) sí, me gusta. Luego, justo al final, Angel, un cover de Massive Attack en las garras de Sepultura: Precisa y perfecta. Me pareció interesante destacarlo esta vez y en un futuro, porque sin duda alguna es una poderosa arma que demuestra la apuesta de los creadores y directores por un público particular, extremadamente estereotipado, pero muy acertado... Supongo que esto se debe a que el demonio siempre está en los detalles.  
AW.

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