Antes de
comenzar a ver Sherlock, mi experiencia con el legado se resumía a los cuentos
originales y series animadas, leídos y vistas en la infancia. Mi interés recaía
en algunas investigaciones que me parecían fantásticas y divertidas, pero la personalidad
y vicios del personaje en cuestión me parecían mucho más misteriosos que las
misiones que a él le fascinaban.
Admiré y odié a personajes influenciados por Conan Doyle, pero aparte de la usual atracción por las creaciones británicas y la modernidad de esta versión, a partir ya de hace algunos años, no sabía en qué me aventuraría.
De manera
similar a la novela, la serie de BBC comienza con A Study In Pink, enfocándose
breve pero profundamente en la mente del Doctor John Watson mientras una
pesadilla de sus tiempos en medio del caos de la guerra de Afganistán lo
despierta en plena noche, y angustia al grado de sacarle sollozos, lo cual indica
su cansancio por un tormento que vive a diario.
John es un
tipo solitario, y el tiempo
sin ocupación aparente lo estanca en su trauma. Sin embargo, trata de seguir el consejo de su psicóloga y decide crear un blog, pero no parece convencido de la ayuda, y adelantándose a un diagnóstico, con algo de sarcasmo, indica un cliché de las anotaciones de la terapia, mostrando el primer signo relacionado a lo que el destino le tiene preparado.
sin ocupación aparente lo estanca en su trauma. Sin embargo, trata de seguir el consejo de su psicóloga y decide crear un blog, pero no parece convencido de la ayuda, y adelantándose a un diagnóstico, con algo de sarcasmo, indica un cliché de las anotaciones de la terapia, mostrando el primer signo relacionado a lo que el destino le tiene preparado.
Los casos a
investigar se muestran uno a uno luego de la apertura, uniéndonos rápidamente a
la obviedad de la situación por resolver. Y la aparición del misterioso
protagonista se presenta de la manera más moderna en la que hemos visto al
detective, luego de desmentir a la policía dejándolos en ridículo frente a la
prensa con simples mensajes de texto a cada móvil, que nosotros podemos ver en
medio de cada escena.
El casual encuentro de John con Mike Stamford, un antiguo compañero
de entrenamiento médico, es el factor que lleva al Doctor al primer acercamiento
con el protagonista. Serio, con claros episodios post-traumáticos y de
ansiedad, pero sin disgusto a la nostalgia, Watson acepta amable un momento de
conversación, en donde la casualidad nos guía a la aventura, y pronto conocemos
su fachada dentro de una morgue de un laboratorio.
Detallista y caprichoso, Sherlock Holmes experimenta con un cadáver
golpeándolo para determinar procesos de tiempo. Le acompaña Molly Hooper, patóloga
encargada de la morgue, acostumbrada al actuar de Sherlock, pero muy tímida recibe
lo que parece un adelantado flirteo, que culmina en un desaire sin presión.
El encuentro de Sherlock y John se lleva en el laboratorio,
e instantáneamente Mike Stamford se torna el espectador, y casi de manera
grotesca demuestra satisfacción por haber juntado al dúo.
Sherlock se muestra muy social en la primera impresión, y
una se pregunta si acaso es así con todo mundo o realmente tiene decidido que
John es su objetivo. Sobre todo porque en el futuro no vuelve a repetir esa efervescencia
por otro individuo.
Sherlock nuevamente se adelanta y en un resumen fantástico
se ofrece para compañero de vivienda, John sorprendido, no entiende por qué
estas coincidencias se le siguen presentando en un solo día, y pronto Sherlock
explica de manera asombrosa todas las respuestas.
Bajo la perspectiva de un solitario, la manera tan abrupta
pero confiada de ofrecer una mano tiene usualmente dos límites: el rechazo
inmediato, y la oportunidad a lo distinto o desconocido. La gente social se
sorprende menos, pues lidia día a día con diferentes tipos de personas, y suele
aceptar un conjunto diverso sin mayor sorpresa, compartiendo, a menos que le perturben,
y así hacen la diferencia. En este caso vemos que la señal resulta
reconfortante para John, incluso cuando no entiende bien qué sucede, pero no
parece recordar alguna ley de desconfianza, la cual está anotada en el librito
de notas de su psicóloga. Tal vez porque la afirmación del dolor de su rodilla
le parece mucho más acertada viniendo de un perfecto desconocido que acaba de
leer su vida con tan sólo observarlo, o porque su paranoia se limita a quien
conoce sus datos por medio de una
terapia obligatoria.
Interesado, Watson acepta la invitación a conocer su posible
nueva vivienda luego de una búsqueda de Holmes en internet, para que a su
llegada, viera que el lugar ya estaba ocupado por él y su desorden. La Señora
Hudson, propietaria, hace el primer comentario que da al atractivo innuendo
homosexual -que podría ser visto como sub-texto, pero es mucho más directo para
llamarle así- cuando ofrece la alternativa de su vecina y sus arrendatarios para
justificar su aprobación de dos hombres solteros viviendo juntos. Lo cual
recuerda mucho a la idea literaria original.
La real alegría en Sherlock aparece al recibir a Greg
Lestrade, y John no tarda en entusiasmarse. Lo que puede llegar a ser infantil,
pero demuestra el grado de pasión de Sherlock por sus intereses.
La explicación de cómo Sherlock logra deducir bajo un grado
que puede parecer ordinario para muchos es la clave de la estructura en la
serie, y sirve para jugar con quien presencia la historia, un papel original y
creativo que atrae y te envuelve, similar a otras versiones, pero mucho más
conectada a la interacción, sobre todo en tiempos tan inmediatos.
Al tratar de resolver la serie de casos, podemos ver la
antipatía del resto de policías, posiblemente por envidia de su tino o
inteligencia, y el hecho de que no esté educado oficialmente en el área, lo
cual lo convierte en un ser incomparable. Sobre todo cuando el jefe de la
policía demuestra no sólo necesidad hacia su habilidad, si no respeto por lo
que logra, incluso cuando en momentos se encuentra entre la espada y la pared
cuando debe seguir la ética policial, al tiempo de admirar las capacidades de Holmes.
Luego de una huída que tiene a todos acostumbrados,
exceptuando a Watson, este es atraído de manera sospechosa por el archi-rival
de Sherlock, su hermano Mycroft Holmes, quien sin dar su identidad recibe la
frialdad del Doctor, quien se muestra totalmente desconfiado y protector de su
particular compañero. Así es como al enfrentar al mayor de los Holmes, se ve
directamente influenciado por su entrenamiento militar y esconde cualquier atisbo
de nervios en el extraño encuentro.
Ese énfasis de protección hacia quien conoce en menos de un día, hace la diferencia con los demás, y es sorprendente cuando con gestos se pregunta cuánto tiempo lleva conociéndole. ¿Unas horas? Pero parece una vida.
Ese énfasis de protección hacia quien conoce en menos de un día, hace la diferencia con los demás, y es sorprendente cuando con gestos se pregunta cuánto tiempo lleva conociéndole. ¿Unas horas? Pero parece una vida.
Mycroft muestra de alguna forma el parecido con su hermano,
al mencionar el desorden post traumático y
posible nostalgia de John hacia la guerra. Lo cual según él, responde a la adrenalina que le provoca la investigación, algo que siente instantáneamente al momento de acudir al llamado de Sherlock, sin olvidar buscar su arma.
posible nostalgia de John hacia la guerra. Lo cual según él, responde a la adrenalina que le provoca la investigación, algo que siente instantáneamente al momento de acudir al llamado de Sherlock, sin olvidar buscar su arma.
Sherlock muestra signos de una vida mucho más solitaria que
John, incluso despreciando lo social, bajándola a un estado de ordinariez.
John, a su vez, aunque es solitario, demuestra admiración por las relaciones,
no se sabe si ésta es realmente honesta o por sentirse obligado por el sistema a
mostrarla de esa forma, pero sus respuestas son definitivamente voluntarias. Trata
de enseñar a Sherlock la normalidad de tener novia/o, amigos o familiares, sin lograr
atención.
El innuendo gay continúa, y es difícil no pensar de distinta forma cuando un conocido de Sherlock, dueño del restaurante elegido por él para observar su caso, le insinúa que John es su cita. Dentro de la conversación John busca conocer la orientación sexual de su compañero, pero esta vuelve a quedar abierta sin rumbo alguno, ya que Sherlock realmente no parece interesado.
El innuendo gay continúa, y es difícil no pensar de distinta forma cuando un conocido de Sherlock, dueño del restaurante elegido por él para observar su caso, le insinúa que John es su cita. Dentro de la conversación John busca conocer la orientación sexual de su compañero, pero esta vuelve a quedar abierta sin rumbo alguno, ya que Sherlock realmente no parece interesado.
Una persecución que Sherlock esperaba, muestra la genialidad
de su orientación en las calles de Londres, y John se aventura sin bastón
cuando la adrenalina es explotada.
Si me parecía algo inocente la censura de su vicio por los
cigarrillos, Lestrade y compañía ahora se ven en medio del 221B buscando por
drogas. John se sorprende de que Sherlock sea un adicto, y Sherlock insiste en
que está limpio dando por evidencia sus parches de nicotina.
Todo esto parece una introducción hasta llegar al momento que en lo personal considero el más gracioso, en donde Sherlock tratando de pensar manda a callar a todos en su piso.
Todo esto parece una introducción hasta llegar al momento que en lo personal considero el más gracioso, en donde Sherlock tratando de pensar manda a callar a todos en su piso.
A Holmes le agrada tener una audiencia a sus pies, y por eso demuestra asombro de sus propias conclusiones, pero en ocasiones ni siquiera las comparte, y esto lo entrega en evidencia al descubrir al asesino que le ha dado trabajo.
El mismo Sherlock es un manipulador a nivel de un niño de cinco años con la
inteligencia de un genio de todas las edades posibles. Entonces para ambos es
un juego de ganar o ganar, perder no está en la ecuación cuando se apuesta por
el placer de la lógica.
El asesino muestra el mismo nivel de superioridad de su cazador, así que no es de sorprenderse que el reflejo le resulte a Holmes bastante irritante.
Para el asesino, que una criatura como él le analice, es interesante. Pero ¿qué gana?
La manipulación como método de competencia no funciona
cuando se insiste en comparar al otro contigo, no si ese ser no te admira, pero
la atracción por descifrar el truco que llevó a cuatro personas a suicidarse no
tiene precio por que el hecho de estar en lo correcto es impagable.
Lamentablemente para Sherlock no hubo una respuesta, gracias
a la oportuna llegada de Watson y el reflejo de salvar a su nuevo amigo. Pero
si se devela el nombre del histórico y muy real enemigo de Holmes, quien parece
estar detrás de ésta y nuevas aventuras que el futuro le depara.
S.OT.
"El mismo Sherlock es un manipulador a nivel de un niño de cinco años con la inteligencia de un genio de todas las edades posibles." --> Es gracioso porque es muy cierto xD
ResponderEliminarMuy buen análisis, Sol. Es especialmente cierto que Watson se siente fascinado por Sherlock: menos de dos días de concoerlo, y ya es capaz de matar por él.
Me encantó esto!
ResponderEliminarA mí esta serie me impresionó en cada aspecto. Tanto que no puedo decir que es mejor si esto o las películas o los libros. Yo crecí con esos libros y jugaba con mi hermana a resolver misterios, ella era Watson y yo Sherlock. Ver esta serie me ha llevado a muchas memorias de mi infancia.
Me encanta que en ese primer capitulo se marcan con fuerza las dos personalidades. Tiene un humor fresco, inteligente y al mismo tiempo el drama y la angustia. Es terriblemente adictivo ver esto.
Gracias por tu opinión, recap! :D
Muy buen post! Esta serie, como dices, es increíble. Se apega a ciertas cosas recalcables de la novela y a la vez sorprende con detalles que la hacen completamente nueva.
ResponderEliminar"Para el asesino, que una criatura como él le analice, es interesante. Pero ¿qué gana?
La manipulación como método de competencia no funciona cuando se insiste en comparar al otro contigo, no si ese ser no te admira, pero la atracción por descifrar el truco que llevó a cuatro personas a suicidarse no tiene precio por que el hecho de estar en lo correcto es impagable." Este fragmento es oro, describe al pie de la letra la manera en la que Sherlock ve, piensa y razona el mundo. ¡Y Watson! Que decir de Watson, completamente acertada. El hombre con su paranoia decide confiar en Sherlock más de lo que llegó a confiar en su psicóloga, una mujer con título y todo. ¡Oh! Y la escena de John soltando el bastón y corriendo, bueno debo decir que fue una de mis favoritas.
Brillante recap!