jueves, 2 de mayo de 2013

Esa pequeña vocecita (feat. la Conciencia de Jo)



Érase una vez... una joven escritora que iba por su tercera entrada semanal para el blog de series que llevaba con sus amigas y estaba harta porque apenas había podido dedicarse a otra cosa, pero como tenía una conciencia muy ruidosa, se apoltronó en la silla y se preparó para hacer la recapitulación que le tocaba.

Habrías tenido más tiempo para hacer todo lo que querías si no lo hubieras postergado andando en Internet.

Damas y caballeros, mi conciencia, que va a estar haciendo esta recapitulación hoy conmigo porque viene al tema. La historia de Once Upon A Time que nos toca tratar habla, precisamente, de como un niñito encontró a su conciencia.

El Bosque Encantado.

El capítulo abre con un espectáculo de títeres, con una multitud reunida alrededor asombrándose y maravillándose, y no dándose cuenta que hay un niñito pelirrojo que anda entre ellos sacando todo lo que puede de sus bolsillos.

El niño, llamado Jiminy (o Pepito, para los amigos), es en realidad el hijo de los titiriteros, uno de los cuales me recuerda espantosamente a Mrs. Lovett después de una mala resaca.

Tampoco es que haya mucha diferencia con la Mrs. Lovett normal

Jiminy no está muy contento con el tema de los robos, y comenta que le gustaría ser un grillito, libre para ir a donde quisiera, pero sus padres le dicen que así son las cosas, que así es como siempre han sido y que esa es la persona que él es.

En la siguiente escena, Jiminy es un hombre crecido que sigue viajando en la caravana de sus padres, y sigue robándole a la multitud a pesar de que insiste en que ya tienen dinero suficiente. Sus padres repiten en que así es como debe ser, y lo convencen de que se quede con ellos, "sólo hasta que muramos." De donde yo vengo, eso se llama chantaje emocional.

No deberías hablar así de tu madre.

No estaba hablando de mi madre.

Oh. Bueno, sigue entonces.

Jiminy se encarga de los preparativos para el espectáculo en medio de la lluvia, cuando un niñito se acerca a él todo emocionado porque habrá títeres en la feria. Jiminy le pregunta si ha venido a ver los preparativos, a lo que niño contesta que no, que ha venido a escuchar los grillos. A continuación, le ofrece generosamente su paraguas, ya que él vive cerca y Jiminy es quien pasará más tiempo en la lluvia.

Jiminy, por cierto, también hace ciertos encargos para cierta persona: nuestro viejo amigo Rumpelstinkin, que de alguna manera se las arregla para estar siempre en los lugares donde pasan cosas malas. Rumpelstinkin le pregunta a Jiminy si quiere algo "mágico" de él, y Jiminy le cuenta sus ansias de libertad. R (porque me cansé de escribir su nombre completo...)

Holgazana.

... le entrega a Jiminy un frasquito misterioso y le dice que si lo rocía o se lo da de beber a sus padres, será libre. A cambio, lo único que pide es a los propios padres, y le promete que los mantendrá en un lugar seguro. Jiminy no parece muy convencido, pero acepta el frasco de todas maneras.

¿Es que nadie aprende?

Jiminy y sus padres piden refugio por la noche a una amable pareja, y comentan como por casualidad que acaban de pasar por un pueblo donde ha habido muchos muertos a causa de la plaga. Pero afirman que ellos son inmunes, porque tienen una medicina mágica muy rara: ¡el Tónico de los Elfos! Desesperada, la pareja les ofrecen básicamente todo lo que hay en la casa a cambio de un frasquito.

Por supuesto, esto no es más que una estafa para sacarles todo lo que tienen.

Jiminy se siente tan culpable que decide recurrir a medidas extremas y rocía a sus padres con el tónico que R le dio... y no pasa nada.

Más o menos como cuando vos intentás arreglar la computadora sin ayuda.

Resulta que el padre de Jiminy intercambió los frascos. Horrorizado, Jiminy corre a la casa para detener a la pareja de usar el contenido, pero es demasiado tarde: se han bebido el tónico, y se han convertido en marionetas.


De esto están hechas las pesadillas.
 
Como si eso no fuera suficiente, el hijo de la pareja entra en la casa, y resulta ser... ¡el nenito que le dio su paraguas a Jiminy!

Más tarde, en medio de su desesperación, Jiminy le pide un deseo a una estrella, y el Hada Azul desciende para decirle que no puede contrarrestar la magia de Rumpelstinskin.

Oh, ¿ahora intentas probar un punto escribiendo el nombre completo?

Nada te complace, ¿cierto?

En cualquier caso, el Hada le dice a Jiminy que lo que puede hacer es ayudar al niño huérfano a enfrentarse a los retos que le esperan. Jiminy no puede dejar a sus padres, así que el Hada lo convierte en un elegante grillito para que pueda ir a buscar al niño, Geppetto, y convertirse en su conciencia.




Lo que Jiminy no sabe es que acabará convirtiéndose en la conciencia de otro niño, en...

Nuestro Mundo.

Henry está en una sesión con el doctor Archie Hopper, e insiste en tratar de hacerle creer que él es Pepito Grillo en realidad. Archie trata de razonar con él, preguntándole entonces si todos los grillos de Storybrooke fueron personas alguna vez, a lo que Henry retruca abriendo la ventana y señalando que nunca hubo grillos en el pueblo para comenzar. Archie quiere saber por qué es tan importante para Henry el creer la historia, y Henry responde con un muy elocuente encogimiento de hombros.

Mientras tanto, en la comisaría, Emma discuta con Graham sobre su uniforme, y Graham acepta que siga usando su chaqueta roja (empiezo a creer que tiene un fetiche con esa chaqueta) siempre y cuando use la placa de ayudante. Emma se cuelga la placa del cinturón, y exactamente en ese momento, Storybrooke es sacudido por un terremoto.

Eso no me pasa cuando hago una entrada para el blog.
  
Resulta que una de las antiguas minas que hay debajo de la ciudad se ha derrumbado. Regina le asegura a la multitud curiosa que se pondrá manos a la obra inmediatamente para cerrar las minas y pavimentarlas. Henry, que ha llegado con Archie para ver el origen del terremoto, protesta que no pueden cerrar las minas sin saber si hay "algo" ahí abajo.

A Regina eso le cae tan bien como una patada en el hígado, y es pero aún cuando descubre que Emma ha tomado un trabajo oficial y planea quedarse.

Regina teniendo un mal día
  
Asumo que en el Bosque Encantado esto habría terminado con alguien siendo decapitado, pero como estamos en nuestro mundo, lo que hace Regina es recoger un misterioso pedacito de cristal del suelo y luego irse a pegarle unos cuantos gritos a Archie por no curar a su hijo lo suficientemente rápido.

Bajo la amenaza de perderlo todo, Archie se sienta en su oficina a revolcarse en su miseria. Henry llega con una mochila llena de todo lo necesario para bajar a las minas, y Archie le dice que está sufriendo una psicosis en la que ya no sabe distinguir lo real de su imaginación, y que si no deja de hacerlo, va a tener que encerrarlo. Al borde de las lágrimas, Henry sale corriendo y Archie se queda a revolcarse en su miseria un poco más.

¿Saben quién más es miserable? Mary Margaret. Ella está jugando al ahorcado con David, el ex paciente en coma, y se hacen ojitos descaradamente hasta que la esposa de David llega con un montón de álbumes de fotos para ver si eso reactiva la memoria de David.

Incómodo...

Así que Mary Margaret asume que es la peor persona de la tierra, aunque es tan dulce que me siento más gorda de solo mirarla…

Eso es porque te comiste un pedazo de lemon pie y no fuiste a correr en toda la semana.

… y se queja de sus problemas con Emma, quien hace de Pepito Grillo y le recuerda que es muy mala idea meterse con un hombre casado. En medio de ese discurso, Henry llama a la puerta con los ojos hinchados.

Y lo siguiente que vemos es a Emma entrando a la oficina de Archie lista para despedazarlo con sus propias manos.

¿Llamamos una ambulancia o directamente a la morgue?

Archie murmura una excusa a medio cocinar, y Emma tiene que interrumpir sus planes homicidas porque recibe una llamada de Regina avisándole que Henry está perdido.

Henry, por supuesto, está en las minas, buscando el “algo” que Regina quiere enterrar. Archie es el primero en entrar, pero justo entonces hay un derrumbe que deja al psicólogo y a su paciente atrapados y a oscuras.

Porque hacer que se los tragara una ballena se salía del presupuesto

Emma y Regina empiezan a echarse culpas la una a la otra, pero deciden hacer una tregua temporal para sacar a Henry del pozo. Y aquí tenemos una muestra gratis de cómo maneja Regina las situaciones estresantes: haciendo que todo explote.

Lo cual puede no haber sido la idea más brillante, porque Henry y Archie acababan de encontrar un ascensor de mineros, pero ahora que les cayeron más escombros encima está todavía en más problemas.

¿Saben quién más está en problemas? Mary Margaret. Como siempre, ella está en el hospital, haciendo su trabajo como voluntaria, cuando David se le acerca y le pide que lo acompañe en su caminata. David le comenta que no recuerda absolutamente nada, que es como si se hubiera despertado en un país extranjero y que nada se siente real… excepto ella. Así que los dos se enzarzan en el duelo de miradas más intenso de la historia hasta que Kathryn llega y les corta el momento.

Porque de vez en cuando uno necesita una imagen gratuita de David.

En la mina, Regina se está volviendo loca, corriendo de un lado a otro como un pollo decapitado (en serio, ¿cómo llegó esta mujer a Reina?) mientras Emma busca una solución constructiva: soltar al perro de Archie, que es más inteligente que todos los humanos allí presentes y encuentra un ducto por el que pueden bajar y rescatar los atrapados.

Mientras tanto, abajo en la mina, Archie le confiesa a Henry que no dijo en serio lo de la psicosis, y que en realidad no es el hombre que le gustaría ser. Henry le asegura que lo es, solamente que le es más difícil escuchar a su conciencia estando bajo la maldición.

Tú nunca me escuchas, y no estás bajo ninguna maldición.

Están en eso cuando Emma baja épicamente para ayudarlos. Archie ayuda a Henry a llegar hasta ella, pero ¡oh, no! ¡El ascensor se cae! ¡Y Archie aún está adentro…!

No, esperen, está bien. A último momento, consiguió enganchar su paraguas al arnés.

Voy a empezar a andar por ahí con un paraguas, por las dudas.

Arriba todo el mundo se abraza y se felicita. Archie lleva a Regina a un lado para decirle que va a dejar de seguir sus órdenes y va a tratar a Henry como a él le parece mejor, que para eso es el psicólogo, maldita sea. Regina empieza a amenazarlo de nuevo, pero Archie le comenta como al pasar que en las batallas por la custodia infantil siempre consultan con un experto que haya tratado al niño. Sugiere muy amablemente que Regina piense al respecto, y hace una salida digna de cualquier diva de teatro.

Mientras todos celebran, Emma observa a Archie y un tal Marco hablando, y Henry le cuenta que son “viejos amigos.” Justo en ese momento, todos los grillos rompen a cantar, y Henry anuncia alegremente que las cosas están empezando a cambiar.

¿Saben quién no han cambiado? Los padres de Geppetto, que siguen convertidos en marionetas en la tienda del Sr. Gold.

Tantas, tantas pesadillas...
 
El episodio cierra con Regina acercándose al ducto, y disimuladamente lanzando el cristal misterioso hacia unas profundidades desconocidas y terribles.

Al mismo lugar al que tú lanzas tus ganas de estudiar.

Oh, cállate.

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