miércoles, 22 de mayo de 2013

Influencia

Moffat y Gatiss saben cómo hacer televisión. Y si necesitan mostrar una idea con referencias de otros
programas, por supuesto que tomarán la oportunidad.
Comenzando con ladridos y persecuciones de un niño perdido, vemos a Russell Tovey aparecer y creo que es George, de Being Human, esperando a convertirse en lobo.

La imagen no tiene nada de casual, por que como dije, estos tipos saben hacer televisión. Y tal como el hombre lobo de aquella serie con seres sobrenaturales, en The Hounds Of Baskerville vemos como incluso Sherlock se confunde entre la realidad y la magia, cuando luego de recorrer Londres en metro con el cuerpo ensangrentado por descuartizar a un cerdo, le vemos inmerso en un caso con ataques de ansiedad que le distraen de su estricto régimen que le prohíbe fumar.

Pobre John.

“The Hounds Of Baskerville.”

Henry Knight es un hombre con traumas. El sólo hecho de verse en un documental hablando de sus
problemas, le provoca más angustia a sus momentos de calma. Aquel documental de televisión trae dudas a Baskerville y su base de la armada, donde podrían crear mutaciones extraordinarias, pero que nadie se atreve a investigar.

A primera vista, Sherlock no cree en el trauma de Henry. Un sabueso gigante destrozando a su padre no es un caso para Holmes, si no para la psiquiatra de Henry, y el humo de su cigarrillo le importa mucho más que sus problemas.
Sin embargo, Sherlock accede a tomar el caso, y junto a Watson se aventuran a un viaje hacia Dartmoor, protegido por el Parque Nacional al sur de Inglaterra, en un carro arrendado, extrañamente manejado por Holmes.

En la belleza de Dartmoor y guiándose por un mapa, deciden observar el paisaje que muestra una variedad de sectores que podrían ser útiles para la investigación.
Baskerville, como era de esperarse, se encuentra rodeado de letreros para mantener a la población civil fuera de su sector.

Henry, por su parte, se encuentra en su hogar en una sesión de terapia con su psiquiatra. Él le informa que lo único que ha cambiado de sus recuerdos de niñez y la traumática experiencia de ver a su padre ser mutilado por el canino gigante es haber recordado dos palabras “Liberty In.”

La pareja que maneja el hostal donde nuestros queridos investigadores se alojan le explican a John que el
documental de Henry les ha traído variados beneficios a su pueblo. El pequeño hotel siempre está lleno, su comedor sirve todo el día, y los turistas vienen y van en pequeños grupos que son guiados por un chico que aterroriza con sus historias del monstruo del valle.
Luego de que John trate de asegurar que Sherlock no es su esposo dos veces en menos de cinco minutos, Sherlock arma un plan para que el chico de los tours terroríficos les explique que uno de sus amigos vio a la criatura, y que en los laboratorios de Baskerville cubren una seguidilla de experimentos de mutaciones que tratan de mantener en secreto.

Gracias a Mycroft y el rango de Watson en la armada, él y Sherlock logran entrar a la base de Baskerville y
revisar sus laboratorios.
Sherlock mata su curiosidad con un caso que llegó a su correo, escrito por una pequeña niña, quien explicaba la desaparición de su conejo fluorescente. En los laboratorios encuentra a la Doctora Stapleton, madre de la niña, especializada en experimentos de manipulación de genes, y su curiosidad respecto al caso le afirma que todo está unido.
Veinte minutos dura su paso seguro, y luego se meten en problemas con el general a cargo del sector.
El Doctor Frankland aparece para salvarlos, debido a su admiración por los hermanos Holmes, el blog de Watson y la preocupación que siente por Henry, a quien conoce desde su niñez.

Sherlock, John y Henry van al valle donde ocurrió el supuesto asesinato. John se queda atrás y observa una luz intermitente que proviene de un cerro, y lo que él piensa es una señal de código morse, la cual anota en su libreta.
Henry comenta a Sherlock sobre la amistad de su padre con el Doctor Frankland.
Sherlock y Henry bajan al valle y ven la extraña e indescriptible criatura que los trajo a investigar el lugar.

Henry entra en schock, Sherlock lo niega. John acompaña a Henry a su casa tratando de que se tranquilice.

Al volver al pub del hostal, John se percata de que Sherlock se muestra diferente. Sherlock le confiesa que también vio a la criatura y claramente se encuentra en un estado de pánico.
John trata de mantenerlo con los pies en la tierra, pero Sherlock parece ahogado tratando de acordarse de alguna idea que pueda descartar lo que acaba de ver: “Cuando pruebas toda solución lógica, y quedas con lo que sobra, aunque suene improbable, puede ser cierto.” La pesadilla de un científico ordinario es puesta en duda por el famoso Sherlock Holmes, y entendemos que está totalmente atemorizado después de vivir aquella experiencia.

John se incomoda con su ansioso comportamiento, y Sherlock le grita que se encuentra bien, pero para asegurarse de que John entienda, Sherlock hace una de sus extraordinarias deducciones de una pareja que cena en una de las mesas del lugar.
Fastidiados ambos, caen en una discusión en donde Sherlock niega cualquier amistad con cualquier ser humano y John se ofende antes de alejarse del hostal.

Fuera, John vuelve a ver lo que parece ser el código Morse al otro lado del cerro y camina hasta encontrar nada más que las luces de un auto que prenden por la actividad sexual de una pareja en un mirador.
John recibe un mensaje de texto de Sherlock alentándolo a entrevistar o coquetear con la psiquiatra de Henry para sacarle información sobre su paciente.

Henry, en su hogar es perseguido por actividades extrañas. Las luces de su patio se encienden y apagan, y ruidos e imágenes de una criatura le asechan. Henry recurre a un arma de fuego en su estado aterrado.

John trata de hablar del padre de Henry con la psiquiatra, pero la inesperada visita del Doctor Frankland arruina sus planes y ella abandona la cita.

A la mañana siguiente, y con las ideas mas claras, Sherlock visita a Henry y le cuestiona el uso de sus
También le afirma que, claro, no tiene amigos, sólo tiene uno. Y pronto el momento tenso se esfuma para continuar con la investigación.
palabras al referirse a la criatura. Luego se dirigie donde se encuentra John y trata de disculparse por negar su amistad. Le explica que la reacción de la noche anterior se debía a que su experiencia en el valle le provocó dudas que nunca antes había sentido.

En el pub de vuelta al hostal, los amigos encuentran a Greg Lestrade, quien es cuestionado sobre ser
enviado por Mycroft. Lestrade interroga a la pareja que maneja el lugar, mientras Sherlock se empecina en que John beba el café que acaba de prepararle, y se muestra triste ante cualquier rechazo, por lo cual John termina bebiéndolo aunque no le guste el azúcar.

La pareja le explica a Lestrade que si, sus ganancias han subido desde que se les ocurrió aprovechar la visita de los turistas al pueblo con la leyenda del sabueso gigante. Ambos llevaron un perro a vivir al valle, pero desde hace un tiempo tuvieron que dormirlo. Se muestran arrepentidos de su acción y Sherlock feliz.

Lestrade y John hablan de Sherlock y su extraña alegría por la confesión, y el hecho de ver a Lestrade trabajando con él, para juntar a las pocas personas que le rodean a diario. Ambos suponen que su comportamiento usual se debe al síndrome Asperger. Sherlock escucha esas últimas palabras y le otorgan a John un par de desconfiadas miradas de parte del brillante consultor.

Sherlock se comunica con Mycroft para conseguir un mejor acceso a las bases de Baskerville, donde planea investigar los laboratorios. El general no puede negarse a permitir que el par se dedique a investigar, pues las órdenes vienen de arriba.

John recorre las profundidades de los laboratorios donde no hay más que máquinas y algunos animales.
Unas alarmas hacen que se sienta confundido y con su tarjeta de acceso trata de abandonar aquel piso. Pero unos ruidos llaman su atención luego de que la alarma y las luces se apagaran.
No tarda mucho en comenzar a sentir miedo de no encontrarse solo. Cada paso que avanza, un extraño ruido le sigue. Pasos de alguna criatura no humana parecen tratar de encontrarlo, y decide tratar de salvarse en una de las jaulas que hospedan animales de prueba.
Sherlock logra comunicarse con él por teléfono y calmado le pregunta qué está viendo. John le dice que sólo escucha los rugidos de la criatura, y pronto lo ve.
Segundos después Sherlock abre la jaula y “salva” a John, quien se encuentra traumatizado por la experiencia. Sherlock le dice que no vio nada, sólo engañó su cerebro con palabras que escuchó anteriormente referidas a la criatura, y le confiesa que han sido drogados para tener alucinaciones.

Sherlock decide investigar algunos elementos en el laboratorio, y la Doctora Stapleton le confiesa a John su error con el conejo de su hija, quien brilla gracias a la mutación con el gen de una medusa.

Sherlock confiesa a John que el azúcar de la casa de Henry y el pub pueden ser culpables de sus alucinaciones  pero no encuentra un narcótico que apruebe la teoría.
Le pide a la Doctora que abandone el lugar pues necesita ir a su palacio mental, y John la acompaña a salir, mientras Sherlock se sumerge en su deslumbrante mundo repleto de información, referencias, y aprendizaje que funciona mejor que una computadora.

“Liberty, Indiana, H.O.U.N.D.” es el resultado. El acrónimo que se traduce a “Sabueso” es la clave que
estaba buscando.

Henry continúa alucinando. Esta vez llegando lejos, y avergonzado de disparar su arma a la psiquiatra sin percatarse de la realidad, escapa con rumbo al valle.

La Doctora Stapleton ayuda a los investigadores a tratar de entrar a buscar información confidencial de los laboratorios de la base que concuerden con su teoría.
La oficina de los laboratorios traicionan el secreto, y con la deducción de Sherlock, gustos en lectura, política, música, logra conseguir la contraseña para develar sus secretos: El acrónimo H.O.U.N.D. cubre las primeras siglas de cada apellido involucrado en el asunto.

Una serie de información tras otra devela que el proyecto trata sobre una droga delirante con efectos que provoca a los individuos a imaginar sus más terribles miedos, hasta que quedan inmersos en la extrema locura. Proyecto que se destinaría como arma contra enemigos en guerra.
Frankland es el sospechoso, su retrato de joven científico en el proyecto hace comprender la locura de Henry y los años que ha estado drogándole para que llegue al estado en que se encuentra.

Louise, la psiquiatra de Henry se comunica con John, y junto a Sherlock parten a buscarle en medio de la noche y deciden encontrarse con Lestrade en el lugar de origen de los miedos de Henry.

Dispuesto a suicidarse, cansado de su traumática vida, Henry decide despedirse de su padre.
Los investigadores le encuentran y tratan de traerlo a la realidad. Sherlock le insiste que recuerde su niñez, a su padre, la pelea que vio. Le insiste que no vio una criatura, que confundió un par de palabras e imágenes con una pesadilla que alguien puso en su mente, para que no recordara el asesinato a su padre. Y cada vez que recordaba algo nuevo, era reseteado por quien no quería que su secreto se viera expuesto.

Sin embargo, la droga, que fue consumida por todos, hace que un perro que se hace presente en el lugar se vuelva gigantesco y todos menos Sherlock se espantan de miedo ante tal imagen.
Sherlock no siente miedo del perro, pero si alucina con Jim Moriarty, quien por un momento le hace dudar y arruinar toda su investigación. Pero no lo logra. Es el Doctor Frankland, presente en el lugar para asustar a Henry con su canino, y Sherlock comprende que la neblina del valle está intervenida con gases tóxicos que contienen la droga alucinógena.

Henry comprende que Frankland asesinó a su padre para que no hablara de su proyecto, y que estuvo veinte años enfermando su mente para que no recordara los hechos.
Sherlock se muestra feliz por resolver tal adrenalínico y confuso caso, cuando otro perro se hace presente y Frankland aprovecha de escapar, pero cae en su propia trampa, estallando sobre una mina explosiva que protege la base militar.

De vuelta al hostal, Sherlock le sirve desayuno a John, y conversan sobre el perro que había estado
deambulando en el valle, el cual la pareja dueña del pequeño hotel no pudieron poner a dormir.
John entiende también que Sherlock le encerró para experimentar con sus reacciones en el laboratorio y le insiste que su teoría sobre drogarse con el azúcar era una teoría errada.

Lejos, en Londres, Mycroft se encuentra soltando a nada más ni nada menos que Jim Moriarty, luego de comprender que sólo era un loco obsesionado con su hermano menor.


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