miércoles, 12 de junio de 2013

Por el lado de la punta (Acumulando pólvora)

Triste historia: tenía esta entrada casi perfectamente lista, me faltaban únicamente las captions, y de pronto, ¡BAM!, baja de electricidad. Perdí todo lo que llevaba escrito. Necesité todo mi autocontrol para no tirar la computadora por la ventana. Así que ahora están atascados con esta versión de segunda mano del post todo original y divertido que iba a subir originalmente. La tecnología apesta.

Por cierto, nos faltan dos capítulos más para el final de temporada. Esto va a ser difícil.

El episodio ocho comienza con escenas contrapuestas: por un lado, Arya está practicando con Syrio, con espadas de madera y muertes falsas. Por otro lado, los soldados Lannister están masacrando a todos los sirvientes de la casa Stark, con espadas muy reales y muertes también muy reales. Sansa también está por ahí, quejándose con su septa de que Arya siempre llega tarde. Es decir, las chicas Stark todavía no saben nada de lo que le ha pasado a su padre, y de hecho están siguiendo su rutina diaria sin más problemas... hasta que la septa ve a los soldados con las espadas manchadas de sangre, y luego esos mismos soldados irrumpen en la lección de Arya y Syrio.


Syrio, porque él es así de rudo, se da cuenta en seguida que algo anda mal, y consigue detener a los soldados con su espada de madera, dándole a Arya tiempo suficiente para correr por su vida, y luego muere fuera de cámara, igual que la septa de Sansa.

Arya corre hacia los establos, donde su supone que la caravana Stark está lista para partir, pero en cambio encuentra a todos los sirvientes muertos. Busca a Aguja, su espada, pero entonces un chico de los establos la encuentra y le dice que la Reina quiere verla. Arya lo mata, y huye. Es un momento clave en el desarrollo de su personaje: hasta ahora solamente había sido una niña asustada jugando a las espadas. Ahora realmente está implicada en el derramamiento de sangre.

Entretanto, Ned se está pudriendo en un calabozo. Varys le lleva agua y le da las malas noticias: Sansa ha sido capturada por la Reina, y no parecen ser capaces de encontrar a Arya. Culpa a Ned por todo ese lío: nunca debió advertir a Cersei lo que sabía. La compasión de Ned es lo que mató a Robert, argumenta, y su honor va a matarlo a él.

En el Muro, los Guardas han encontrado un par de cadáveres que formaban parte del grupo de Benjen. Sam señala que lucen como si llevaran varios días muertos, pero no tienen ningún olor. El Lord Comandante ordena que se los examine, y luego llama a Jon a sus habitaciones: le da las noticias de la traición de su padre, y le advierte que no haga ninguna estupidez.

Y uno sabe inmediatamente que Jon la va a joder de algún modo.

Sansa es llevada ante el Consejo de la Reina, donde le aseguran que no tienen nada contra ella, y que lo mejor que puede hacer por su padre ahora es escribirle a Rob que le jure lealtad a Joffrey.

Quiero tomar este momento para señalar la maestría de todos los actores de la serie: esta escena se ve actuada. Están actuando como si estuvieran actuando, para transmitir la artificialidad del momento. Los personajes están presionando a Sansa, pero sabiendo de antemano que ella va a doblegarse ante sus demandas, que no puede realmente oponerse a ellos. Es falsa la amabilidad con la que piden que escriba a Rob, porque si ella se niega, bien pueden obligarla a hacer. Hay una amenaza subyacente. Esta escena es maravillosa en capacidad actoral.

Cuando Rob recibe la carta, no está nada complacido. Decide que irá al Sur, pero no irá solo: le ordena al Maestre Luwin que envíe los cuervos a todos los vasallos de los Stark.


Catelyn, en el Valle, tiene una pelea con su hermana: quiere que Lysa envía a sus hombres a unir fuerzas con los de Rob, pero Lysa no quiere ni oír hablar al respecto. Le recuerda a Catelyn todo lo que han hecho los Lannister, y dice que "no se detendrán ante nada." Catelyn replica que, precisamente, es por eso que ellos deben detenerlos. Catelyn también cree en el honor. Lysa no cree en nada más que en proteger a su hijo.

Un poco más abajo, Tyrion y Brom están atravesando campantemente las colinas, a pesar de la amenaza de las Tribus. Tyrion le hace una promesa a Brom: mientras se quede con él, tendrá todo lo que pueda querer, y cualquier precio que alguien más le ofrezca, Tyrion puede doblarlo. Esa es toda la relación que van a tener. Por el momento.

Por supuesto, dos segundos después son atacados por las Tribus de la Colina, y Tyrion demuestra por qué es tan épico: son demasiados para vencerlos con espadas, así que los vence con su ingenio. Los convence de que lo asistan, y a cambio, él les entregará el Valle. Y como dicen por ahí, un Lannister siempre paga sus deudas.

De vuelta en el Muro, Jon tiene una pelea contra Sir Alistair, y como consecencia, es enviado a sus habitaciones, castigado. Mientras yace en la oscuridad pensando en lo injusta que es la vida, Fantasma empieza a rasguñar la puerta haciendo la misma clase de ruidos que hace mi perro cuando necesita ir al baño urgente. Pero como Fantasma es más épico que eso, guía a Jon hasta algo mucho peor: el muerto que encontraron en el bosque se ha levantando y anda por ahí buscando cerebros que comerse.

¡Por fin! ¡Zombies!

Jon pelea contra él, pero se da cuenta que no sirve de nada apuñalarlo o cortarlo con la espada, así que sigue el siguiente paso lógico: quemarlo. Eso parece funcionar.

Mientras tanto, los dothraki están masacrando y saqueando una aldea, capturando esclavos para venderlos y comprar barcos. Tal como le explica Jorah a Daenerys, esa es la manera más rápida de llegar a Poniente, pero Daenerys no quiere mancharse las manos de sangre, y defiende a una mujer a punto de ser violada.

El dothraki que estaba a punto de violarla se va a quejar a Drogo, que se pone del lado de su esposa porque... no sé, ¿porque está embarazada y hay que complacerle los caprichos? En cualquier caso, el jinete ataca a Drogo, lo cual es una muy mala idea, y logra hacerle un corte antes de que Drogo literalmente le arranque la lengua con sus propias manos.

Drogo va a morir, porque su única razón de existir era arrancarle la garganta a alguien.

La mujer que Daenerys salvó resulta ser una sacerdotisa que sabe de ungüentos y curaciones, y se ofrece a curar la herida de Drogo. Drogo se encoge de hombros, y la deja hacer.

En Invernalia, Rob está discutiendo con sus vasallos sobre quién debe ir a la vanguardia del ejército, y es bastante obvio que nadie lo respeta demasiado. Uno de los portaestandartes desenvaina la espada, e inmediatamente el lobo de Rob procede a arrancarle dos dedos de un mordisco. Y eso, por algún motivo, hace que todos respeten a Rob.

Y apuesto que esos ojos tampoco hacen daño.

Rob se despide de Bran, encomendándole Invernalia hasta su regreso. Luego, Rickon, el menor de los Stark, (que aparece tres veces cada temporada, lo juro), hacen un comentario ominoso sobre que ninguno de los que ha partido al Sur va a regresar.

Bran va a rezarle al árbol corazón, y se encuentra con Tonks, quien le dice que los antiguos dioses no tienen poder en el Sur, y además, que Rob está marchando en la dirección equivocada: hay algo mucho más peligroso más allá del Muro que las conspiraciones de los señores sureños.

Como para confirmar sus palabras, la Guardia de la Noche está quemando los cadáveres de los zombies. Sam comenta que la razón que se levantaron es porque fueron tocados por un Caminante Blanco, criaturas extrañas y misteriosas que se despiertan cada mil años... y que espera que el Muro sea lo bastante alto.

Catelyn consigue llegar al campamento de Rob, y entre los dos discuten sus opciones: si se presentan ante Jofffrey, seguramente no lo dejarán regresar. Si pierde, Tywim Lannister se encargará de que todos mueran. Rob señala que eso hace su decisión mucho más fácil.



Tyrion también llega al campamento de su Casa, y recibe un tratamiento mucho más frío: Tywin no está impresionado por los hombres de las Colinas que ha conseguido reunir, y ni siquiera parece contento de que Tyrion esté vivo. Pero antes de que comience una disputa familiar, un mensajero llega a anunciar que el ejército de Rob avanza. Tywin, que no es de desperdiciar espadas, les dice a los hombres de las Tribus que cumplirá sus promesas mientras peleen a su lado, a lo que ellos contestan que pelearán, pero solamente si Tyrion lo hace con ellos.

Rob discute estrategias con sus vasallos, pero todas ellas incluyen atravesar Los Gemelos, el dominio de Lord Fray, que vendría a ser una especie de Lysa respecto a su posición de involucrarse en las peleas. En eso están cuando un par de guardias llegan con un espía Lannister. Por supuesto, todos quieren ejecutarlos, excepto Rob: les recuerda que Ned defiende la compasión y el honor a toda costa y lo deja ir. Con una amenaza para Tywin.

En Desembarco del Rey, Joffrey está contratando personal nuevo. Tywin es nombrado Mano del Rey en lugar de Ned, y a un tal Janos Slynt (que comandó la masacre contra los Stark) lo ascienden a Lord. Luego llaman a Barristan Selmy, pero no para promoverlo, sino para jubilarlo, lo cual es una ofensa terrible: Selmy es un caballero juramentado, sus votos son vitalicios, y morir como un viejo retirado es un deshonor absoluto. Barristan abandona la Corte tras mascullar algo como: "¡SOY DEMASIADO ÉPICO PARA ESTO!"

Y lo eres, Barristan. Vaya sí lo eres.

Sansa se adelanta entonces para pedir clemencia para su padre. Argumenta que estaba confundido por los analgésicos, que alguien debió haberle mentido, y que Ned nunca habría traicionado a su amigo. Todo el Consejo la mira con desconfianza, pero Joffrey afirma que está conmovido (pista: es un sociópata con tendencias narcisistas. Nada puede conmoverlo), y le dice a Sansa que se mostrará piadoso con Ned... si es que Ned accede a reconocerlo como Rey.

Solamente para que sepan: las cosas se van a poner feas.

CONTEO DE PALABRAS: 1719.

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